MUNICH.- Mini produce alrededor del 70% de sus aproximadamente 360.000 vehículos en su planta de Oxford, al sur de Inglaterra. Y ese sería el origen lógico para la fabricación del nuevo Mini E, de propulsión eléctrica, que ya está en la fase final de su desarrollo, pero el Brexit ha arrojado algunas dudas.
BMW Group está barajando diversos emplazamientos, entre los que se encuentran su planta de Inglaterra, su centro en las Países Bajos, donde más ha desarrollado su línea convencional en los últimos años, así como sus instalaciones en Leipzig y Regensburg, Alemania.
De acuerdo a la agencia Reuters, la inversión del Mini eléctrico, que equivaldría a decenas de millones de libras, se llevaría a cabo en los próximos tres meses y la Junta Directiva está actualmente considerando una serie de factores, incluido el “Brexit” – recogió el portal especializado ‘Híbridos y Eléctricos’.
"Uno de los puntos es cuál es la probabilidad de un régimen fiscal, y si hay un régimen tributario, ¿cómo se aplicaría?”, apuntó Ian Robertson, director de Ventas del grupo BMW.
"Si fabricas el motor en una planta alemana y luego montas el auto en una británica, y luego los llevas de vuelta al mercado alemán, el impuesto que pagarías sería reclamado", dijo, dando un ejemplo de las opciones que las compañías están examinando para hacer planes acerca de cualquier impuesto o tarifa.
La firma alemana también está estudiando dónde hay una mayor aceptación de modelos ecológicos y en dónde están las mejores cadenas de suministro, añadió.
Gran Bretaña podría aprobar su primer centro neurálgico de baterías eléctricas en las próximas semanas, después de que altos funcionarios en la región central de Inglaterra presentaran en mayo sus propuestas a los ministros.
Pero el mes pasado, la industria automovilística lanzó una seria advertencia sobre la necesidad de que los políticos alcancen un acuerdo transitorio antes del “Brexit” tras dos años de negociaciones para asegurar el libre comercio.