A la edad de 94 años falleció en su domicilio del vecindario de Bel Air en Los Ángeles (EE.UU.) Lee Iacocca, un hombre considerado como una verdadera leyenda de la industria automotriz no solo por ser uno de los principales impulsores del exitoso Ford Mustang, sino también por ser el hombre que salvó de la banca rota a la empresa Chrysler a principio de los 80 y ser el responsable del renacimiento moderno de la minivan mientras estaba al mando de esta última automotriz.
Pese a estos éxitos, el ejecutivo automotriz también es recordado por su mediática salida de la empresa Ford luego que estallara el escándalo de los estanques de combustible del Ford Pinto, los que presentaban serias falencias de seguridad y que, según se determinó en el juicio, estaban en conocimiento de Iacocca antes que el modelo saliera a la venta.
Lee Iacocca nació el 15 de octubre de 1924 en la ciudad de Allentown, Pennsylvania, y se crió en el seno de una familia de inmigrantes italiano-estadounidenses.
(Lee Iacocca en los premios Ellis Island Family Heritage - 2005)
En su juventud estudió ingeniería, obteniendo finalmente una maestría en Princeton y se incorporó al negocio de los automóviles en 1946, con un trabajo como aprendiz de ingeniería en Ford.
Al pasar de los años, Lee Iacocca se convirtió en presidente de la Ford Motor Company donde, según dicen quienes lo conocieron, alcanzó una comprensión “casi sobrenatural” en cuanto a saber qué tipo de autos querrían los estadounidenses, lo que le permitió crear nuevos segmentos en la industria automotriz y resucitar otros que estaban quedando en el olvido.
Al mando de Ford impulsó el proyecto del Mustrang, el “pony car” por excelencia y que se caracterizó por ser un auto que se podía manejar todo los días, con alto rendimiento y “musculación” asequible para el promedio de los personas.
Pero no solo estuvo involucrado con este exitoso modelo, sino también de otros muy populares como el Continental Mark III , el Ford Escort y el renacimiento de la marca Mercury a finales de la década de 1960, incluida la introducción del Mercury Cougar y el Mercury Marquis.
Más tarde, Lee Iacocca comprendió el potencial de la minivan cuando Ford decidió pasar el proyecto. Tras llevárselo a Chrysler, este modelo se convirtió en éxito de ventas para el fabricante. Además ayudó a rescatar a los convertibles de la marca cuya popularidad iba en franco descenso hasta la aparición del Chrysler LeBaron.
Lee Iacocca tomó la presidencia de Chrysler en 1979 donde permaneció hasta su jubilación en 1992.