Cine

Tres años después de verse forzado a renunciar a la presidencia, Richard Nixon (Langella) se mantuvo en total silencio. Pero en el verano de 1977, el ex mandatario aceptó realizar una entrevista exclusiva en la que aceptó enfrentar preguntas sobre su tiempo en la presidencia y el escándalo de Watergate que terminó con sus días en la Casa Blanca. Nixon sorprendió a todos al elegir a David Frost (Sheen) como el entrevistador, un rostro televisivo británico vinculado a programas de espectáculos que consiguió la exclusiva pagando US$ 600.000. Frost consiguió un equipo que lo asesorara para preparar su cuestionario, aunque ellos se cuestionaron si el "showman" sería capaz de enfrentar el desafío. Así comienza la batalla de preguntas y respuestas en una de las entrevistas más famosas de la historia.

Peter Morgan adaptó para la pantalla grande su propia obra teatral, que ya había triunfado tanto en Broadway como West End con los mismos protagonistas en los papeles principales: Langella y Sheen. Incluso el primero consiguió un premio Tony por su rol de Nixon en las tablas. En el cine, la película obtuvo cinco nominaciones al Oscar -incluyendo Mejor Película y Mejor Director-, pero no pudo llevarse ninguna estatuilla.

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