En las décadas de los setenta y ochenta, en plena dictadura militar de Pinochet, muchos fotógrafos desafiaban la opresión y salían a las calles para fotografiar la realidad de Chile. Para ellos esto era una manera de obtener libertad y de dejar un registro histórico de lo que acontecía en el país. No obstante, muchos murieron en esta tarea. Una vez iniciada la democracia, sus imágenes sirvieron para defender a las víctimas de violación a los derechos humanos.
Esta cinta de Sebastián Moreno expone las historias de estos retratistas de la realidad, quienes aportaron a la memoria gráfica del país.
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