Son tres mujeres exitosas profesionalmente, a quienes la maternidad les altera su sistema de vida, sus costumbres y su cotidianidad. Soledad es una mujer que trabaja por el marido y que tuvo dos guaguas tan seguido que casi no se dio cuenta de cómo las tuvo. Su pareja jamás le ha preguntado cómo se siente y se ha bancado todo sola.
Sabrina es una exitosa arquitecta que se involucra con su socio. Todo va bien hasta que queda embarazada y él le aclara que no va a asumir su paternidad, y que criar la guagua es problema de ella. Este caso evidencia el costo social de ser madre soltera. Además, Sabrina le pide ayuda a su madre, quien nunca tiene tiempo.
Carol proviene de un hogar destruido. Su madre siempre tuvo muchas parejas, por lo que vivió un largo desfile de papás. Decide irse de la casa para lograr lo que su mamá no supo darle: un hogar bien constituido, con un hombre que la mantenga para toda la vida. Cuando es madre no sabe cómo tratar a la guagua, porque nunca ha conocido un verdadero hogar.
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