La historia muestra el refugio de Mijaíl Vassílievich Platónov y la tradicional reunión familiar que realizan todos los inviernos. Tres sobrinos huérfanos, una tía vieja agobiada por el presente, una ama de llaves rusa, tres hermanas de otra familia y un joven burgués invitado; todos a la espera del tío anfitrión y proveedor de alimento en la casa.
El lugar, inhóspito y rodeado de nieve, se vuelve intolerable para los visitantes: a diferencia de otros años, las necesidades básicas son curiosamente precarias. El entorno no permite que los invitados puedan salir a buscar provisiones, ni mucho menos abandonar el lugar. A partir de ese momento, las buenas costumbres y la cordialidad se van perdiendo poco a poco, revelando así las verdaderas intenciones de los huéspedes.
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