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Zalo Reyes: De ser descubierto cantando en quintas de recreo hasta convertirse en "el rey de la canción cebolla"

El "gorrión de Conchalí", quien falleció este domingo aquejado por la diabetes, tuvo un apabullante éxito en la década de los ochenta y se había mantenido vigente hasta ahora, pese al deterioro de su salud.

22 de Agosto de 2022 | 11:20 | Por N. Ramírez, Emol
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Zalo Reyes, fallecido el domingo a los 69 años, fue el máximo exponente nacional de la música "cebolla".

El Mercurio
"Zalo" no era por Gonzalo, sino por González. Se cuenta que cuando hacía el servicio militar en la Armada había otro cadete con su mismo apellido, así que a él lo apodaron "Gonzalito", que después derivó a "Zalito". Y cuando eligió su seudónimo artístico quiso que fuera "Zalo", para que tuviera un aire centroamericano.

Boris Leonardo González Reyes (nacido en noviembre 1952, en Santiago) era el menor de cuatro hermanos, su padre era taxista y su familia vivía en la comuna capitalina de Conchalí.

En los años sesenta partió cantando como aficionado en centros de madre y shows de barrio, y a mediados de los setenta actuaba en quintas de recreo, interpretando canciones de otros artistas, como los boleros de Lucho Gatica, aunque su real influencia habría sido Germain de la Fuente, vocalista de Los Ángeles Negros.

Fue en uno de esos lugares donde lo vio un productor de la compañía discográfica EMI-Odeon, con la que firmó contrato. Su primer single fue "Una lágrima y un recuerdo", en 1978, y un año después vino la consagración con "Una lágrima en la garganta", que lo catapultó como un exponente del estilo popular y romántico.

Con un éxito en ascenso, a comienzo de los ochenta Zalo Reyes pasó a ser un invitado habitual de distintos programas de televisión, como "El Festival de la Una" y "Sábados Gigantes", donde participó como cantante y animador, teniendo un gran arrastre.

Su única vez en Viña y la prolífica década de los 80


Su fama y notoriedad lo llevó a presentarse en el Festival de Viña del Mar, en 1983, donde también arrasó y se llevó la gaviota de plata, que entonces solo estaba reservada para los ganadores de las competencias. Desde que subió al escenario se ganó al público con su famosa frase: "Hola, ¿cuándo van a ir pa' la casa?". Fue la única vez que actuó en dicho festival.

Luego vinieron sus mayores éxitos: "Mi prisionera", "Ramito de violetas", "María Teresa y Danilo", "Motivo y razón", "El rey de tus sueños", "Amor sin trampas", entre muchos otros, que lo convirtieron en el máximo ícono de la música popular de la década de los ochenta y principios de los 90, en que fue considerado "el rey de la canción cebolla".

También apodado "el gorrión de Conchalí", fue célebre su frase "no me cambio de casa ni de barrio" (a pesar de ser famoso). A modo de reconocimiento a su trayectoria e identificación con su origen popular y su comuna, la Municipalidad de Conchalí cambió el nombre a la calle donde vivía por "Pasaje Zalo Reyes".

En los años 2000, siguió estando presente en el ideario popular, convertido en una especie de ícono "kitsch" para las nuevas generaciones; mientras continuó presentándose en distintos escenarios, aun cuando su salud se comenzó a deteriorar tras declarársele una diabetes, por la que incluso sufrió la amputación de parte de uno de sus pies.

Hace unas semanas se complicó su estado de salud, debiendo ser internado en la UCI del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Había tenido un repunte e incluso fue dado de alta, antes de fallecer este domingo 21 de agosto en su casa de Conchalí, durante el sueño.
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