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Las dudas en torno a la muerte de la diputada argentina Débora Pérez Volpin

La Justicia tendrá que reconstruir las horas previas a la endoscopía, determinar quién la ordenó y qué estudios derivaron en la práctica clínica que resultó fatal.

09 de Febrero de 2018 | 11:28 | La Nación de Argentina, GDA
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Imagen del velorio de Débora Pérez. Su funeral se realizará este viernes.

La Nación de Argentina, GDA
BUENOS AIRES.- Uno de los interrogantes que intentará responder el informe final de la autopsia del cuerpo de la periodista y legisladora argentina Débora Pérez Volpin es clave para comprender qué pudo haber causado su muerte: el diagnóstico de la enfermedad que le provocaba los fuertes dolores estomacales.

La única precisión hasta hoy sobre las horas previas es que la paciente había quedado internada en el Sanatorio de la Trinidad por un fuerte dolor abdominal. Resta reconstruir judicialmente desde quién indicó la endoscopía y por qué diagnóstico presunto hasta si fue un control de rutina.

Más allá de la investigación de los actos médicos que se sucedieron en el quirófano donde se le hizo la endoscopía a Pérez Volpin, los estudios a cargo de reconocidos profesionales del Cuerpo Médico Forense permitirían ponerle un nombre a lo que le causaba un problema de salud.

Según reconstruyó La Nación, un profesional -quizá de cabecera- le había indicado un análisis de laboratorio en el que varios resultados aparecieron fuera del rango normal. Esto y sus síntomas habrían hecho sospechar de un cuadro más grave durante la consulta que hizo el lunes pasado en el Sanatorio de la Trinidad, donde quedó internada para más estudios. Eso incluyó una resonancia magnética en la que se detectó una inflamación digestiva que "comprometía varios órganos", pudo conocerse.

Se programó una endoscopía digestiva alta para explorar y poder llegar a un diagnóstico. Con resultados prequirúrgicos que los médicos tratantes consideraron normales (coagulación y electrocardiograma), se hizo el estudio al día siguiente.

El procedimiento fue en el quirófano del sanatorio. Estuvo a cargo del gastroenterólogo Diego Bialolenkier y la anestesióloga Nélida Puente, que recibieron a la paciente cerca de las 17 del martes pasado. Le explicaron en qué consistiría el procedimiento y Puente inició la sedación.

Se decidió que la exploración endoscópica sería ascendente, desde el duodeno hacia el esófago, porque así lo habían sugerido las imágenes de la resonancia magnética.

Bialolenkier introdujo el endoscopio y cuando recién comenzaba la exploración en la pantalla a la que transmite las imágenes la cámara del extremo del dispositivo, la paciente se descompensó. A partir de ese momento, según distintas fuentes, se sucedió una serie de procedimientos para revertir "una caída brusca de la saturación de oxígeno".

"En 40 años de experiencia no vi una muerte por endoscopía. No tengo noticias de muerte por perforaciones derivadas de problemas endoscópicos"

Doctor Ernesto Da Ruos, perito de la familia
Los relatos, que investigará la Justicia, indican que esas maniobras incluyeron un intento de intubación que falló por un enfisema (acumulación de aire) en la región alta del tórax, la colocación de una mascarilla laríngea de resucitación y las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), que el examen del cuerpo en la autopsia habría confirmado.

En esas maniobras también participaron profesionales de terapia intensiva y cardiología del sanatorio.

La muerte se declaró a las 18:15 horas. Su padecimiento aún sigue sin un nombre. De la autopsia trascendió que tenía lesiones en la mucosa digestiva a la altura del esófago y el estómago. Los exámenes microscópicos intentarán determinar, por ejemplo, su antigüedad. "En 40 años de experiencia no vi una muerte por endoscopía. No tengo noticias de muerte por perforaciones derivadas de problemas endoscópicos", contó a La Nación el doctor Ernesto Da Ruos, perito de la familia y el director del Hospital de Clínicas.

Fue cauto, ya que rige el secreto de sumario en la causa, a cargo del juez Gabriel Ghirlanda. Da Ruos opinó que es "muy raro" que un endoscopio pueda causar perforaciones.

De hecho, en los casos en que han ocurrido lesiones, se han podido reparar. Dijo también que la sedación fue corta y con un hipnótico que el cuerpo elimina rápido. Los peritos de parte habrían coincidido preliminarmente en que en el cuerpo no había rastros de drogas anestésicas. "Se hizo en un lugar apropiado con todas las reglas, a lo mejor no hubo tiempo (de recuperar a la paciente) por la gravedad del cuadro", indicó Da Ruos.

No obstante el abogado de la familia Pérez Volpin, Diego Pirota, afirmó a TN que, tras hablar con los peritos a cargo de la autopsia, está seguro que las heridas halladas en el estómago y esófago de la mujer se produjeron durante el procedimiento.

Todas las partes consultadas coincidieron en que, cuando estén disponibles los resultados anatomopatológicos e histológicos, en una semana, se confirmará o no lo que anteayer observó la decena de profesionales que participaron en la autopsia. Hoy, la fiscal Nancy Olivieri comenzará a pedir declaraciones testimoniales.
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