El destacado médico forense argentino
Osvaldo Hugo Raffo, quien entre otros casos policiales investigó las causas del deceso del fiscal
Alberto Nisman, fue hallado muerto este lunes en su casa en el barrio bonaerense de San Martín.
De acuerdo a la información policial, el cuerpo del profesional de 88 años -quien vivía solo- fue encontrado por su cuidadora en la tina de su baño con un disparo en la cabeza y un revólver en una mano.
Según reporta La Nación, s
e hallaron dos notas en la cocina de la casa de Raffo, escritas de su puño y letra: una donde decía que no soportaba más los dolores que le aquejaban y otra donde le pedía a su cuidadora que no se asustara y no entrara sola al baño.
"No soporto más los dolores que me aquejan. No se culpe a nadie de mi muerte. Dios me perdone", decía una de las cartas, de acuerdo a Clarín.
Un "maestro"
Osvaldo Hugo Raffo dedicó más de 50 años de su vida al ejercicio forense, luego de especializarse como tanatólogo. Así, este médico titulado de la Universidad de Buenos Aires realizó unas 20.000 autopsias durante toda su carrera profesional, lo que le valió ser reconocido por sus pares como el máximo exponente vivo de la medicina forense argentina.
Para todos, era el "maestro". Él decía que la función del médico forense es "traducir lo biológico a lo jurídico. El forense debe determinar las causas de la muerte", según dijo a La Nación en agosto de 2013.
Y dentro de estas numerosas investigaciones, el doctor Raffo estuvo a cargo de casos emblemáticos, como el suicidio del destacado cardiólogo argentino
René Favaloro en el 2000; la tragedia de la discoteca
Cromañón en 2004 y el asesinato de la modelo y actriz
Alicia Muñiz a manos de su esposo, el ex campeón mundial de boxeo Carlos Monzón.
Entre sus últimos casos, destacó su participación en la investigación de la muerte en 2015 del fiscal Alberto Nisman, quien estaba en ese momento a cargo de la indagatoria sobre el presunto encubrimiento de los autores del atentado terrorista a la mutual judía AMIA por parte del gobierno de la ex Presidenta Cristina Fernández.
El doctor Raffo fue contratado por la jueza Silva Arroyo, madre de las hijas de Nisman. Como parte de su trabajo, acudió al departamento del fiscal -donde fue hallado muerto- tres semanas después del hecho, y encontró pelos y otras pruebas que, asegura, habían pasado inadvertidas por los peritos que acudieron al lugar la noche del hallazgo del cuerpo.
Fue así como, tras una serie de investigaciones, concluyó que el persecutor efectivamente fue asesinado y no se suicidó, como señalaban los informes policiales preliminares.
