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"Guerra del huiro": Las consecuencias que deja la desatada extracción del recurso marino en el norte

La creciente demanda de exportación de este tipo de algas, para la fabricación de productos higiénicos y cosméticos, ha provocado una sobreexplotación que altera negativamente el ecosistema costero.

28 de Julio de 2017 | 09:47 | Por Francisca Domínguez, Emol
SANTIAGO.- Una verdadera "guerra del huiro" se ha generado en la zona norte del país, especialmente en la Región de Antofagasta, producto del aumento de la demanda de este tipo de alga y un creciente grupo de recolectores, legales e ilegales, que se han lanzado de lleno en la extracción de este recurso.

La interés por exportar el alga parda que sirve para la fabricación de diversos productos, como cosméticos e higiénicos, y del que Chile es uno de sus mayores exponentes, ha provocado enfrentamientos y riñas en los asentamientos y poblaciones de pescadores artesanales.

Según El Mercurio, la violencia se ha visto principalmente en la zona costera de Tocopilla, donde se investigan incendios y amenazas que estarían relacionadas a la extracción del huiro.

Aumento de la demanda


Actualmente, la ley sólo permite la recolección del huiro que está varado en el borde costero, pero los recolectores han optado, ilegalmente, por extraer el alga parda desde sus cimientos, lo que se conoce como "barretear".

Según la académica de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte (UCN), Fadia Tala, "esa presión de extracción directa ha aumentado en los últimos años porque hay un grupo de pescadores, que antiguamente no sacaba algas, que se acercó a sacar los recursos algales porque sus recursos tradicionales, principalmente el loco, el erizo, tienen fluctuaciones en los precios".

La industria del alga es muy variada, ya que se utiliza en productos que requieren una estructura viscosa o de gel, propiedad que el huiro provee a través de los ficocoloides. En ese sentido, las algas se usan para producir pasta de dientes, shampoo, pintura, algunos helados, mermeladas, sopas instantáneas y embutidos, entre otros.

Destruyendo el hábitat marino


La violencia, sin embargo, no ha sido el único efecto negativo que ha generado la recolección indiscriminada del alga. El daño medioambiental también provoca preocupación entre los investigadores y autoridades.

"Las algas en los sistemas costeros cumplen un rol ecológico muy parecido a lo que hacen los árboles en un bosque"

Fadia Tala
Tala explicó que "cuando tú remueves las algas, también destruyes hábitat, te llevas alimento que usan otros organismos, y empiezas a destruir o alterar el ecosistema".

"Las algas en los sistemas costeros cumplen un rol ecológico muy parecido a lo que hacen los árboles en un bosque", comentó la investigadora del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Algas (CIDTA) de esa misma casa de estudios.

El huiro es alimento para los animales herbívoros del mar y para los organismos detritívoros o "filtradores" cuando ya se ha desprendido de la planta. Además, explicó la bióloga marina, son un hábitat, un espacio para que se refugien y reproduzcan otras especies de invertebrados y peces, algunas de las cuales dejan sus huevos en las láminas de estas algas.

Además, la académica aseguró que las algas pardas son "perennes", es decir, que viven más de dos años. Algunas, dice, llevan hasta diez años viviendo en ese ambiente. "Lo que hoy en día se saca de las praderas de algas son en general algas bastante viejas, sobre todo las que se están sacando con ayuda de botes", aseguró.

Recuperar el ecosistema


Chile es uno de los principales exportadores de algas pardas, sin embargo, no está en los primeros lugares de producción de este recurso a través de la acuicultura, el cultivo acuático de especies.

Aún así, en los últimos años se han hecho esfuerzos por repoblar las costas de huiro. "Hay diversos proyectos que llevan las universidades y algunas agrupaciones de pescadores artesanales que tienen áreas de manejo, por ejemplo, y que han empezado o a aplicar técnicas de cultivo pero todavía muy a escala piloto o a tratar de explorar en cómo repoblar", sostuvo Tala.

Asimismo, destacó el diseño por parte del Estado, de una política nacional de algas, algo que no existe para otros recursos marinos. Sin embargo, apuntó que "somos un país largo que tenemos distintas realidades geográficas (…) Entonces generar una política nacional homogénea es casi imposible".

Finalmente, valoró la aprobación, el año pasado, de la Ley de Incentivo para el Repoblamiento y Cultivo de Algas, que busca motivar a pequeños pescadores o acuicultores para que comiencen a repoblar este recurso. "Uno esperaría que a mediano o largo plazo se empiece a mejorar un poco algunas artes o actividades pesqueras o acuícolas", expresó.