SANTIAGO.- Fue una jornada emotiva, llena de abrazos y lágrimas. Un homenaje digno para el último adiós de Bradley Lowery, el niño de seis años que conmovió al mundo entero por su dura lucha contra el cáncer y quien falleció el viernes pasado.
De acuerdo a los medios británicos, el entierro del infante congregó a miles de personas que se volcaron a las calles de Durham, en Inglaterra, para despedirlo. La gran mayoría llevaba la camiseta del Sunderland, con el número 6 y el nombre de Lowery estampado en la espalda, a modo de homenaje hacia su figura.
Bradley era un reconocido fanático de dicho equipo e incluso se volvió prácticamente uno más del plantel durante sus últimos meses de lucha. Por lo mismo, creó fuertes lazos tanto con hinchas como con los jugadores del club, en especial con el delantero Jermain Defoe, a pesar de que actualmente vista los colores del Bournemouth.
El atacante se ausentó del entrenamiento de pretemporada para hacerse presente y fue uno de los más emocionados durante la ceremonia fúnebre. El británico no aguantó la emoción y, visiblemente quebrado, estalló en lágrimas. Una muestra del fuerte lazo que había generado con el niño, a quien "apadrinó" en su batalla contra el cáncer.
"Ha sido difícil. Ha sido duro. He guardado esto por tanto tiempo. He tratado de ser fuerte por mi familia y por su familia, pero no sé cómo poner en palabras cómo me siento", había dicho Defoe cuando se enteró de que al pequeño ya no le quedaba mucho tiempo de vida.
Al funeral también asistieron los superhéroes favoritos de Bradley. Batman, Spiderman, Superman y el Capitán América se formaron en fila para darle el adiós al niño, mientras su ataúd era trasladado a la iglesia San José de la ciudad por familiares y amigos.
"Será mi superhéroe en el cielo", declaró su madre, Gemma, quien agradeció las innumerables muestras de afecto que recibió los últimos días y por el apoyo que le brindaron a ella y a su familia por la triste noticia.
