Obama envió a fiscal general a Ferguson mientras siguen disturbios por muerte de joven
El jefe de Estado insistió en que "no hay excusa" para los excesos policiales y para el vandalismo desatado por algunos de los manifestantes en los últimos días por el asesinato de un adolescente afroamericano a manos de un policía.
18 de Agosto de 2014 | 22:06 | EFE
WASHINGTON.- Mientras continuaban en Ferguson (Missouri) los disturbios desencadenados por la muerte de un joven afroamericano a manos de la policía, pese al despliegue de la Guardia Nacional, el Presidente de EE.UU., Barack Obama, anunció que el fiscal general, Eric Holder, se trasladará a esa localidad.
La autoridad judicial viajará este miércoles y se reunirá con los agentes federales que llevan a cabo la investigación criminal del deceso de Michael Brown, de 18 años, así como con líderes de la comunidad.
El jefe de Estado insistió en que "no hay excusa" tanto para los excesos policiales como para el vandalismo desatado por algunos de los manifestantes en los últimos días.
"La mayoría de las protestas son pacíficas, pero hay una minoría que no lo son", recalcó.
"Aunque entiendo las pasiones y el enojo que generan la muerte de Brown, dejarse llevar por ese enojo para saquear y llevar pistolas, e incluso atacar a la policía, solo sirve para aumentar las tensiones y agitar el caos, socavando la justicia más que hacerla avanzar", insistió.
Sobre el caso de Michael Brown, de 18 años, quien fue baleado por un policía, Obama declinó pronunciarse mientras no concluyan las pesquisas.
En este plano, solo díjo que se debía ser cuidadosos y "no prejuzgar" sobre ocurrido "antes de que concluya la investigación en marcha".
También se mostró abierto a revisar el proceso de "militarización" en las fuerzas policiales en EE.UU. en los últimos años, para asegurar que "las diferencias" entre las Fuerzas Armadas y las agencias policiales "no queden diluidas".
Ferguson vive una nueva jornada de disturbios en protesta por la muerte de Brown. Los enfrentamientos con la policía llevaron al despliegue de efectivos de la Guardia Nacional en las calles de esa localidad.
La ira se incrementó luego de que se conoció que la autopsia practicada al joven, quien fue baleado por un policía el 9 de agosto, mostró que la víctima había recibido al menos seis disparos, dos de ellos en la cabeza.
