Minuto a Minuto de la elección

Joseph Ratzinger
ROMA/SANTIAGO.- En persona es mucho más bajo y delgado de lo que parece cuando con su marcado acento alemán afirma verdades inapelables. Joseph Ratzinger, quien fuera por 23 años Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) y ahora fue elegido Papa, esconde bajo un trato afable y formalmente casi tímido, certezas que se mantienen inoxidables en el tiempo y que le han ganado el apodo del "guardián de la Fe".
Fue presidente de la Pontificia Comisión Bíblica, ocupó el mismo cargo en la Pontificia Comisión Teológica Internacional y desde el 30 de noviembre de 2002 era decano del Colegio Cardenalicio.
Mucho tiempo ha pasado desde que este joven y dinámico teólogo, ex arzobispo de Munich, animaba el Concilio Vaticano II (1962-1965) con sus profundas y ardorosas argumentaciones que le valieron fama de progresista. Pero tres años después del Concilio, y enfrentado a las revueltas estudiantiles de 1968, su postura liberal fue cambiando significativamente.
Múltiples adversarios
Fue uno de los colaboradores más cercanos del Papa Juan Pablo II durante 23 de sus 26 años de pontificado y sus categóricas afirmaciones, junto a posiciones rígidas y alineadas, le han creado numerosos adversarios.
| Los "no" del nuevo Papa |
| Guardián intransigente de la Iglesia Católica, Joseph Ratzinger tiene numerosos detractores en los sectores más progresistas. Desde 1981 sus "no" son innumerables: no a la teología de la liberación; no al sacerdocio femenino; no al matrimonio para los sacerdotes; no a la homosexualidad; no al ingreso de Turquía a la Unión Europea (UE); no -incluso- a la música rock, pues "son expresiones de pasiones primarias" y vehículo de mensajes satánicos. Después, definió la norma que califica el aborto como "Cultura de la muerte" y puso freno al diálogo entre las diversas religiones con el documento "Dominus Jesus". Sin embargo, Ratzinger redactó el Catecismo Ecuménico publicado en 1992. |
Por ejemplo, los ortodoxos y protestantes, para quienes el documento "Dominus Jesus" publicado bajo su firma en pleno Jubileo de 2000 -de una dureza sin precedentes-, fue una declaración de guerra. Este plantea que la única iglesia verdadera es la Católica Romana, lo que es considerado "un golpe bajo" para el diálogo ecuménico.
La lista de sus adversarios continúa con los marxistas, los comunistas, los homosexuales y los "relativistas", es decir quienes creen en la validez de otras religiones.
Ratzinger afirmó recientemente que el relativismo moral "no reconoce nada como definitivo y deja como última medida sólo el propio yo y su voluntad".
"Dejarse llevar de aquí para allá por cualquier viento de doctrina, aparece como la única postura a la altura de los tiempos modernos" añadió el cardenal.
Entre las corrientes ideológicas que sostienen ese relativismo que condenó, Ratzinger mencionó al marxismo, al liberalismo, al misticismo religioso vago, al agnosticismo y al individualismo radical.
"Tener una fe clara, basada en el credo de la Iglesia, se suele considerar como fundamentalismo, pero el relativismo, que es dejarse llevar por cualquier vaivén de las enseñanzas, parece hoy la única actitud aceptable. Estamos avanzando hacia una dictadura del relativismo que no reconoce ninguna certidumbre y que tiene como su principal objetivo el propio ego y los propios deseos".
Entre sus colegas teólogos se encuentran los críticos más incisivos de Joseph Ratzinger, lo que es un sentimiento correspondido. En febrero condenó sin medias tintas el libro "Jesús, símbolo de Dios", del teólogo jesuita Roger Haight.
Capacidad intelectual
Sin embargo, incluso sus detractores le reconocen un gran espesor intelectual y teológico, y sobre todo "un gran compromiso con el sacerdocio", según su biógrafo, el periodista estadounidense John Allen, para quien, sin embargo, Ratzinger representa "el símbolo de todo lo que funciona mal en la Iglesia".
Antes de la elección de hoy, el vaticanista del diario "La Repubblica", Marco Politi, había dicho que el cardenal Ratzinger era uno de los "papábiles" por excelencia, ya que por la edad, 78 años, garantizaría un papado de transición y al mismo tiempo su carisma y su profundidad teológica constituirían un "post-Wojtyla" no traumático.
Era el único cardenal que tenía dos sitios on line "oficiosos", aparte de la página del Vaticano. Mientras la biografía que aparece en el sitio oficial de la Santa Sede da sólo una lista de sus títulos y puestos, los otros permiten una visión más amplia del pensamiento del "panzer kardinal" (en alusión al tanque alemán).
El primero ( www.ratzinger.it) es una base de datos del dicasterio que dirige, mientras que el segundo es un verdadero "fan club" del purpurado ( www.ratzingerfanclub.com).