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Vírgenes en topless compiten por ser la esposa del rey suazi

50 mil mujeres lucharon por transformarse en la decimotercera esposa del Rey de Suazilandia, bailando casi desnudas y visitendo un taparrabo de piel de leopardo.

29 de Agosto de 2005 | 13:23 | Reuters



Una de las bailarinas de la "Danza de la Caña".
VILLA REAL LUDZIDZINI, Suazilandia.- Más de 50.000 vírgenes en topless compitieron hoy para ser la decimotercera esposa del Rey de Suazilandia en una ceremonia que, según sus críticos, no beneficia al país con la tasa más alta de VIH/sida.

El Rey Mswati III, el último monarca absolutista del África subsahariana, asistió a la ceremonia anual de Baile de la Caña, donde elige, desde 1999, a sus nuevas novias entre miles de muchachas que bailan casi desnudas, vistiendo un taparrabo de piel de leopardo.

Las jóvenes, usando faldas cortas, coloridas bufandas y portando machetes, cantaron tributos al rey y a la reina madre, conocida como la Gran Elefanta, mientras bailaban alrededor del estadio real protegidas por guardaespaldas que usaban taparrabos de piel de animal.

"Quiero tener una vida agradable, dinero, un auto BMW y un celular", dijo Zodwa Mamba una de las bailarinas de 16 años. "Pero el rey no me elegirá, soy demasiado fea".

Detractores

Los críticos dicen que Mswati, quien genera controversia por su lujoso estilo de vida mientras que dos tercios de sus súbditos viven en extrema pobreza, es un mal ejemplo por promover la poligamia y el sexo adolescente en un país con un 40 por ciento de adultos viviendo con el VIH.

Algunos dicen que el Baile de la Caña, que tradicionalmente celebra la femineidad y la virginidad, se ha vuelto un espectáculo para las candidatas a esposas del rey.

"El Baile de la Caña ha sido abusado para la satisfacción de un solo hombre", dijo el líder del partido inhabilitado de la oposición, Mario Masuku.

Defensores

Pero muchos suazis dicen que el joven monarca tiene derecho a hacer lo que le plazca, defienden su gusto por novias jóvenes como una tradición del país y aseguran que las ceremonias, como la del Baile de la Caña, que batió su registro con 50.000 doncellas, fortalecen la identidad nacional.

"El rey tiene una esposa cuando quiere y así es. Es nuestra cultura y no cambiará nunca", dijo Tsandzile Ndluva, de 21 años, otra de las bailarinas.

Muchas doncellas vienen de todo el país, que tiene un millón de habitantes, para convertirse en esposas del rey y gozar de beneficios, como tener un palacio y un auto BMW.

La ceremonia de este año, que termina hoy, incluye la supresión de una prohibición real sobre el sexo con vírgenes decretada en 2001 para ayudar a controlar el VIH.
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