Sheik Hassan Nasrallah, el líder de Hezbollá. (Foto: AP) |
TEL AVIV.- La organización radical islámica Hezbollá (cuyo nombre significa "Partido de Dios") ha jurado luchar contra Israel hasta lograr el "dominio del Islam" sobre Jerusalén y la completa destrucción del Estado judío.
Nació en 1982, tras la invasión israelí. Se originó con el objetivo de crear en el Líbano una república islámica y su "ideología" se centra en un fuerte sentimiento anti-israelí y anti-occidental.
La milicia chiita surgió con el apoyo iraní, durante la invasión israelí del Líbano. En esa época, Irán envió a varios cientos de guardias revolucionarios al Líbano "para luchar contra los sionistas". La región de Baalbek, en la meseta de Bekaa, en el este de Líbano, se convirtió en su principal bastión. Actualmente Irán le proporciona respaldo económico y político.
Desde entonces, Hezbollá fue considerada responsable de varios secuestros y de un atentado contra la embajada estadounidense en Beirut.
Hezbollá, que también cuenta con el apoyo de Siria, tiene cientos de combatientes activos, así como miles de seguidores y simpatizantes. Desde 1985 perpetra ataques en la zona de seguridad que Israel estableció en el sur de Líbano hasta que retiró sus tropas de allí, en mayo del año 2000.
Una unidad de guerrilleros de Hezbollá en la celebración del "Día de Jerusalén". (Foto: AP) |
Cientos de miembros del pro-israelí Ejército del Sur de Líbano (ESL), así como soldados israelíes, han sido víctimas de los atentados del grupo. Además, desde hace años lanza cohetes Katyusha y otros misiles contra localidades israelíes situadas en el norte del país, en la frontera con el Líbano.
La organización, catalogada como terrorista por el Departamento de Estado norteamericano, tiene el estatus de un partido regular en el Líbano. Desde 1992 está integrada oficialmente en el sistema político y actualmente está representada por 14 legisladores en el Parlamento libanés y un ministro en el gabinete. Su brazo armado es la Resistencia Islámica.
Esto le ha permitido lograr un respaldo popular, a través de la labor social que desarrolla. El brazo político ha creado una red de hospitales, colegios, centros comunitarios, organizaciones benéficas y puntos de distribución de alimentos, a los que tienen libre acceso todos los libaneses, musulmanes y cristianos.
