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Oso polar Knut ya está demasiado grande como para jugar con su cuidador

El animal ya pesa 110 kilogramos, por lo que la dirección del zoológico de Berlín decidió que Thomas Dörflein, su "padre adoptivo", ahora sólo podrá alimentarlo y "conversar" con él.

13 de Noviembre de 2007 | 15:18 | EFE
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Al nacer, Knut fue rechazado por su madre, por lo que Thomas Dörflein, su cuidador, se alejó de su casa y familia durante meses para poder criarlo.

AFP

BERLÍN.- El oso polar Knut, que nació en Berlín el 5 de diciembre de 2006, se ha convertido ya en todo un señor oso de 110 kilogramos de peso, lo que ha llevado a la dirección del zoológico a prohibir los habituales juegos con que el animal y su cuidador, Thomas Dörflein, divertían a los visitantes.


Así lo anunció hoy el director del parque zoológico, Bernhard Blaszkiewitz, quien aseguró que la decisión no responde a la "maldad" del animal sino al deseo de proteger a Dörflein -que crió a Knut con biberón al ser repudiado por su madre-, ya que consideran que su enorme tamaño ha convertido al oso es "un peligro" para su "padre" adoptivo.


Según Blaszkiewitz, se tomarán medidas para "minimizar" el contacto físico entre ambos, cuyos juegos eran hasta ahora el momento "estrella" de las controladas apariciones diarias de Knut, aunque el dedicado cuidador podrá seguir alimentándolo y "conversando" con él.


Hasta el mes de octubre, el fenómeno Knut había engrosado el número de visitas del zoológico en un 20%, con dos millones de entradas vendidas en los diez primeros meses del año.


Este oso polar, aunque ya algo crecidito, sigue congregando a pequeños y mayores en largas colas en la entrada del zoológico, y se producen apretones y empujones en la valla para ver, dos veces al día, de cerca al animal, que tras su presentación el pasado 23 de marzo se ha convertido en una estrella mediática y comercial.


Knut, abanderado para muchos en la lucha contra el calentamiento global por pertenecer a una de las especies más amenazadas, es el primer oso polar en 33 años que sobrevive a su nacimiento en el zoológico de Berlín, pese a haber sido rechazado por su madre y criarse con biberón.


Su cuidador, célebre ya en Berlín, dejó su casa y familia durante meses para mudarse a la guarida del osezno y poder atenderlo a todas horas.

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