Fernando Alarcón dice que el Canitrot de hoy tiene que recurrir a la simpatía para conquistar a las mujeres, porque ya no tiene el físico de antes.
El MercurioSANTIAGO.- No es chiva, pero Fernando Alarcón, el actor que inmortalizó a Ricardo Canitrot en la TV, asegura que anda "haciendo unas diligencias” antes de llegar a su trabajo en Mega.
Y aunque puede llegar atrasado, se toma su tiempo para hablar con Emol de la buena recepción que tuvo ayer el debut de “Mandiola & Cía.”, la versión enchulada de “La oficina”, el espacio humorístico que nació a fines de los setenta en el “Japenig con Ja”.
La nueva oficina recibió buenas críticas y rating, ¿a qué se debe?
“Yo creo que había un ambiente latente de nostalgia por recordar a los personajes de ‘La Oficina'. Y lo otro, al buen equipo que se logró armar, con actores como Roberto Farías, la Carola Paulsen, Marcial Tagle. Creo que cuando hay un fiato en un equipo, se producen cosas de buen nivel”.
Hasta a Larry Moe, el crítico de las "Últimas Noticias", le gustó el programa.
“Ja-ja. No lo he leído porque recién estoy saliendo de mi casa, enchufándome con algunas diligencias para después integrarme a las grabaciones. Pero me parece fantástico”.
¿Qué diferencia este regreso de otras temporadas de retorno de “La Oficina”?
"Cuando caminaba por la calle, haciendo diligencias, la gente me preguntaba cuándo volvíamos... Había como una ansiedad de parte de mucha gente por vernos ... El horario es un poco temprano, debería ir más tarde por que no está destinado a un público de niños. Diría que no interesa un público más pensante”.
La Gertrudis se ve más desatada que en los '80 , ¿a qué se debe?
“Claro, la Carola Paulsen es una Gertrudis que domina todos los ámbitos, como la ley laboral, y le contesta al jefe. No está tan sumisa”.
Y menos recatada para conquistar a los hombres. ¿Se modernizó "La oficina"?
“Le dimos ese tinte porque consideramos que valía la pena utilizar una Gertrudis con más amplios aspectos de qué hacer. Hoy puede tener su amor clandestino, entre otras cosas privadas”.
¿Se debe al éxito de los happy hours?
“Claro, hoy la mujer está más hiperventilada que antes”.
¿Y cómo son las oficinas modernas? Muy distintas a las de los años ‘80.
“Imagínate, el mismo Canitrot tiene un ambiente distinto. Creo que fue el único favorecido (con los cambios sociales), porque ahora hay happy hours y antes no. Pero para los otros (personajes y la gente real) es dificultoso. Los adelantos tecnológicos han hecho que muchos se queden atrás. Y de atrás ha ido picado el indio porque esa gente ha tenido que aprender a usar Internet, la computación...”.
Los oficinistas de hoy tienen que ser más avispados que en los 80.
“Exactamente. No pueden ser tan inocentones. Incluso, es más impersonal la oficina de hoy en día. Porque si vas a cualquier edificio, vas a encontrar varios módulos entre los funcionarios. No se ven… y yo te diría que algunos ni se conocen”.
Su personaje sigue igual de fresco y patúo, pero más “curahuilla”.
“Nooo, lo que pasa es que Canitrot es un gallo que lo pasa bien. No es tan curao. Canitrot toma como cualquier otro gallo que está festejando algo. Pero le gusta más la fiesta que el trago”.
¿Canitrot es el más chileno de todos los personajes de La Oficina?
“Yo creo que sí”.
¿Y por qué es tan querido?
“Bueno, porque en el fondo, todos queremos ser un poquito Canitrot. Someternos a la libertad de pasarlo bien, de no preocuparnos más de los problemas de los horarios y todas esas cosas. Que son en el fondo lo que quiere el hombre”.
¿Y cómo es el Canitrot de esta oficina?
“Tiene una mezcla con el de los 80, porque ahora ya tiene sus buenos años. No es el mismo conquistador de antes. Tiene que tener otros recursos (para enamorar), como recurrir a la imaginación, a la simpatía, más que a su físico”.
Oiga, y en esta temporada, ¿Al fin se sabrá qué diablos se hace en "La Oficina"?
“Sí, ahora se va a saber. Por fin, ja-ja-já”.
Y ya que "La Oficina" se modernizó, ¿cuáles son las chivas para llegar tarde al trabajo hoy?
“Pero imagínate: está el Transantiago, las protestas de los pingüinos, el paro de los camioneros, el volcán Chaitén, la fumarolas”.
Hay que echarle la culpa a la actualidad no más.
“Claro, de todas maneras”.