El rapero Tupac Shakur fue asesinado en 1996 en un tiroteo que aún no se resuelve.
AP
LOS ANGELES.- La persona más sobrevalorada de la música es el fallecido rapero Tupac "2Pac" Shakur, un icono del hip-hop que vendió más discos después de ser asesinado que durante su breve carrera, según la revista de música Blender.
Shakur lidera una burlona lista que también incluye "lugares, tendencias y otra basura en el rock" incluida en el número de octubre, que saldrá a la venta la próxima semana.
Otros finalistas en la clasificación de más sobrevalorados incluye a los premios Grammy en el puesto 7, a Pink Floyd en el 12 y a "la música que te gustaba de adolescente" en el 23.
Shakur, un rapero "gangsta" que mostró su lado más sensible en el cine, fue asesinado en 1996 durante un tiroteo en Las Vegas que aún continúa sin resolver. En los años siguientes se han publicado más de una docena de discos suyos, y su imagen es casi tan ubicua como la del Che Guevara o Bob Marley.
Pero a pesar de que Shakur era un rapero decente con un "insensato carisma de estrella del rock", según la revista, también "hizo discos con relleno mediocre y para ensalzar su propio mito".
No es la primera vez que las páginas de Blender tratan de rebajar la imagen de Shakur. En su número de junio, el rapero Lil Wayne lo colocó entre sus cinco raperos favoritos aunque luego admitió que en realidad nunca le había gustado tanto.
En cuanto a los Grammy -el mayor premio de la industria de la música en Estados Unidos- la revista aseguró que ver toda la ceremonia es "como ver pintura seca en la frente de Celine Dion".
Además, continuaba Blender, los bises son sobre todo para que los grupos puedan ir entre bambalinas a consumir drogas mientras el público se pregunta si debería salir antes para evitar el congestionamiento en el aparcamiento.
Por su parte, la veterana banda de rock Pink Floyd era responsable de "insoportables payasadas LSD" y se daba a sí misma una "importancia pretenciosa".
En cuanto a los cerebros adolescentes, advertía la publicación, "pueden inflar a un gran grupo a proporciones mesiánicas", y convertir una mala canción en la más significativa.
