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"SYNCO", la novela que reescribe la historia de Chile

En 1973 un intento de golpe pretendió sacar a Allende del poder, pero la acción de Pinochet lo impidió. Es la particular aventura de Jorge Baradit en el terreno de la metahistoria, y que en esta entrevista nos explica.

12 de Noviembre de 2008 | 10:14 | Alberto Rojas M., El Mercurio Online

SANTIAGO.- "Reconstrucción lógica, aplicada a la historia, dando por supuestos acontecimientos no sucedidos, pero que habrían podido suceder". Así es como el diccionario de la Real Academia Española (RAE) define la palabra ucronía. Y eso es precisamente "SYNCO" (Ediciones B), la nueva novela de Jorge Baradit, que será lanzada el próximo sábado 15 de noviembre en la Feria Internacional del Libro (19:30 horas).

Es 1973 y el general Augusto Pinochet neutraliza el golpe de Estado contra Salvador Allende, lo que permite el desarrollo exitoso del proyecto SYNCO: convertir a Chile en el primer Estado cibernético de la historia. Seis años después, Martina Aguablanca regresa a Chile coincidiendo con la reelección de Allende, para descubrir que detrás de este aparente "milagro tecnológico" se esconde una verdad tan oscura como impensable. Y cuál fue el verdadero precio que pagó el país por este progreso.

Baradit, autor de "Ygdrasil" (2005) y ganador del XVI Premio UPC (Universidad Politécnica de Cataluña) de novela corta de ciencia ficción con "Trinidad", recoge en este libro la verdadera y casi olvidada historia del proyecto SYNCO (también conocido como Cybersyn), ideado por el británico Stafford Beer en los años ’70, y que buscaba una interconexión similar a lo que hoy es la internet.

-¿Cómo fue que surgió la idea de una novela ucrónica como "SYNCO"? ¿De qué manera se armó esta historia?
-Mi interés primordial siempre fue el proyecto SYNCO. La ucronía surgió porque era necesario cambiar la historia. Convertir a Pinochet en un "héroe del pueblo" siempre respondió a una necesidad de la trama más que a una provocación; era necesario que apoyara a Allende para que SYNCO pudiera vivir, crecer y extenderse.

-¿Consideras la posibilidad de una precuela, secuela u otro libro ambientado en el universo que creaste para "SYNCO"?
-SYNCO es un multiverso anómalo como una metástasis. Múltiples engendros pueden surgir de sus sótanos y bunkers infecciosos. De hecho, la misma novela ya es en sí muchas novelas dentro de otras. Con seguridad formará parte de esa estructura monstruosa que estoy levantando en los desiertos de mi propia locura. Por el momento, la arquitectura es dispersa, pero claramente forman parte de un mismo universo, una misma biología. Quizá esté fabricando la historia de un continente perdido entre las circunvoluciones de mi encéfalo; tengo ánimo de enciclopedista y hagiógrafo.

-¿Te interesaría explorar otros períodos históricos de Chile, como la Independencia o los años '30, eventualmente para otra ucronía?
-Las coyunturas siempre son fértiles. Chile durante la Segunda Guerra Mundial, con Pedro Aguirre Cerda, convertido en plataforma soviética y el primer país de Sudamérica en abrazar el comunismo. Chile como plataforma soviética tecnológica, Baikonur en el desierto de Atacama, gulags en la Patagonia. Chile como territorio para proyectos secretos soviéticos, su campo de experimentación biológica y nuclear, viajes en el tiempo y psiquismo. Campos de cultivo de gemelos como armas psíquicas de espionaje, en territorio mapuche.

-Primero fue "Ygdrasil", luego "Trinidad" y ahora "SYNCO". Todas estas obras tienen un sello específico, digamos el "estilo Baradit". ¿Cómo definirías tu aproximación literaria a la ficción?
-Soy una antena receptora que no discrimina. Mis ojos son como los ojos de los insectos, veo de manera fragmentaria y en múltiples puntos de vista, confusos, en detalle, como en ayahuasca. Pero lo principal es que busco la hiperrealidad tal y como se presenta. En la realidad cotidiana de un posthumano que realmente vive su tiempo, hay sci fi, hay terror, hay espiritualismo, violencia, fantasmas exteriores e interiores, la realidad más extraña posible si abres los ojos. Lo único que hago es relatar mi realidad desde el punto de vista de un testigo que no reconoce límites entre el hardworld y softworld, historia o ficción, memoria o relato. Al final todo se funde, todo se confunde y surge la metarrealidad, filtrada a través de una particularidad cultivada de manera anómala. Ese filtro soy yo, un proxy, un procesador sin firewall, infectado de realidad cruda, a sangre fría, a cable frío.

-Entonces, ¿qué opinas de lo que está pasando con la actual literatura fantástica chilena?
-Escritores que descubren que la literatura realista es insuficiente para retratar o comunicar el cúmulo de data que requieren las comunicaciones del posthumano. Gente que está recurriendo a todos los géneros para levantar sus páginas y hacerlas más reales que la realidad. Esa realidad que no puede renegar del factor fantástico, sobre todo en nuestro Macondo 2.0 en pleno fin del mundo. Completitud, le dicen los jungianos.

-¿Y cuál es la novela que te gustaría escribir y que no has puesto todavía en papel?
-Varias. La primera, la siempre postergada "Atacama" (precuela larga de "Ygdrasil" para 2009 ó 2010, la precuela corta es "Trinidad"), que uniría "SYNCO" con "Ygdrasil". Otra es escribir "Karma Police", una novela acerca de grupos estatales que persiguen a las personas por crímenes cometidos en sus vidas pasadas. Y "Kallfukura", acerca de la verdadera conquista de América. La Conquista como una invasión mágica con otros fines, no los reconocidos históricamente.

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