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La primera novela chilena de vampiros se descubre en la Feria del Libro

Este sábado será presentada "Sinfonía eterna", obra de la joven autora Rebeca San Román, quien cuenta que nunca pretendió ser el emblema nacional del fenómeno que hoy impera en las librerías del mundo.

05 de Noviembre de 2009 | 14:16 | Alberto Rojas, Emol

SANTIAGO.- Hace un año que Amaya perdió a su madre y a su hermano en un accidente, lo que la tiene sumida en una profunda depresión. Y por eso la idea de la muerte ha comenzado a rondarla peligrosamente. Pero una noche, en el museo de Bellas Artes, Amaya conoce a Nicholas, un atractivo curador de arte que acaba de llegar de Europa. La atracción entre ambos es instantánea, pero él guarda un antiguo secreto. ¿Quién o qué es realmente Nicholas? ¿Y quién es esa enigmática adolescente, vestida de negro, que se aparece en la vida y los sueños de Amaya?

Éste es el eje argumental de "Sinfonía Eterna" (Alfaguara), la primera novela de vampiros chilena. Una historia gótica y oscura que se desarrolla entre sueños y pesadillas en... Santiago. La obra será presentada en el marco de la Feria del Libro este sábado 7 de noviembre a las 20:00 horas, en la sala Pedro Prado del Centro Cultural Estación Mapocho, nada menos que por Pablo Illanes y Blanca Lewin.

Su autora es Rebeca San Román (1983) —periodista de la Universidad Diego Portales, con un diplomado en crítica cultural en la Universidad de Chile—, quien escribió la novela entre septiembre de 2006 y febrero de 2008, con una pausa en la mitad de seis meses.

Lectora fiel de escritoras como Jeanette Winterson, Ali Smith y Ann Radcliffe —"aunque también me gustan mucho Michel Houellebecq, Bret Easton Ellis, Banana Yoshimoto, Yukio Mishima, Haruki Murakami, Marguerite Duras y Alejandra Pizarnik"—, prefiere dentro de los autores chilenos a Alejandro Zambra y Diamela Eltit.

"Me encanta el dark rock y el glam rock nórdico con bandas como Poisonblack, Lovex, Malice in Wonderland, The 69 eyes, Entwine, Hanoi Rocks y Private Line, a la cabeza, entre muchas otras", cuenta. Además de la nueva ola de sleaze sueco con grupos como Hardcore Superstar, Vains of Jenna, Gemini Five y Hell n' Diesel.

-¿Qué te motivó a abordar una temática tan poco desarrollada en Chile como las historias de vampiros?
-En realidad, nunca consideré la novela como una historia de vampiros, ni la concebí enmarcándola dentro de ese género. Y aunque ahora me resulta evidente que es un romance gótico bastante tradicional, a lo Ann Radcliffe, teñido con todas las heridas, los abismos y las alturas características de la posmodernidad, la verdad es que estaría mintiendo si dijese que ésa era mi intención original. Hay un personaje que es un vampiro, pero bien podría no serlo. Es un vampiro, porque así tomó forma, y porque así podía oponer de forma clara el deseo de muerte con el horror de la eternidad. Además, la metáfora del vampiro es la encarnación perfecta del ángel caído, que es un tema que siempre me ha interesado muchísimo.

-¿En qué o quiénes te inspiraste para crear la pareja protagónica: Amaya y Nicholas?
-No creo que me haya inspirado en nadie. Amaya tiene bastante de quien fui alguna vez, y me gusta pensar que Nicholas tiene mucho de quien podría haber sido si fuese mejor. Para crear a Amaya miré un poco sobre mi hombro hacia el ayer, y de alguna forma, creo que podría decir que Nicholas siempre ha estado conmigo también, por ende no resultó para nada complicado. Creo que podría decir que más que crear a los personajes, los conocía desde siempre. Tengo que reconocer también que Byron está presente en el personaje de Nicholas. Es inevitable, porque al final la imagen romántica del vampiro seductor, que hoy es central dentro de la literatura, es una mezcla del Satanás de Milton con el Lord Ruthven de Polidori, que está totalmente basado en Byron.

-Antes de escribir "Sinfonía Eterna", ¿cuál había sido tu aproximación al tema?
-Leí "Las Crónicas Vampíricas" de Anne Rice en cuanto salieron, cuando era apenas una cría, y me gustaron muchísimo. Aún hoy creo que Anne Rice es notable, se perdió algo en las Nuevas Historias de Vampiros, pero en los últimos tomos volvió a pegarse un salto maravilloso a lo mejor de su producción. Creo que tiene una capacidad sobrecogedora de crear atmósfera. Además leí las historias de Poppy Z. Brite, que son buenísimas y muy diferentes, de un estilo menos clásico y mucho más urbano. Apenas crecí algo, me preocupé de leer los clásicos, que al final son lo mejor que hay respecto al tema. Además investigué algo respecto al paso del vampiro como imagen desde el folclor a la literatura. Me parecía un tema interesante como metáfora, pero además, me parecía aún más interesante la fascinación del hombre con la idea de la eternidad, que a mí me parece como lo más horroroso que puedo imaginar.

-¿Qué opinas del actual fenómeno literario mundial, que combina romance con vampiros, y que tiene al público juvenil como principal mercado lector?
-Es sorprendente. Siempre me pareció que Anne Rice era la escritora más exitosa dentro del género, y no pensé que alguien pudiese superarla en ventas, y pese a su popularidad, claramente nunca logró llevar el tema del vampirismo al nivel de "boom" en que lo convirtió Stephenie Meyer. Sin embargo, yo creo que aquellos que disfrutaron los libros de Anne Rice no son el mismo público que alucina con Meyer, y eso es curioso. Los chicos que hoy vibran con el género son personas que nunca antes tuvieron onda con el tema, y ése no es un logro menor.

-¿Te preocupa que te comparen con Stephenie Meyer?
-No realmente, porque entiendo que es algo inevitable. Hasta ahora "Sinfonía Eterna" se ha promocionado como un libro de vampiros con una historia de amor, y de acuerdo con esa descripción podría ser el plagio descarado de cualquier texto del género escrito en la historia de la literatura. Comprendo a la perfección que Stephenie Meyer es la escritora más conocida en este momento dentro del género, por ende es lógico que las personas asocien mi libro con los de ella. Espero que lo lean, y entonces puedan ver, para bien o para mal, que no tenemos mucho que ver.

-Neil Gaiman hace unos meses dijo que el "boom" de los vampiros (tanto en libros, como películas y series de TV) no durará. ¿Qué opinas?
-Estoy de acuerdo. La imagen de los vampiros es de vieja data, y sin embargo, sólo ahora se transformó en un fenómeno pop. Lamentablemente, los amantes "hardcore" del género ahora reniegan del tema asqueados ante la masividad que ha alcanzado, y probablemente aquellos que lo han adoptado como una moda más, se aburran pronto. Las modas son pasajeras.

-¿Cuál será tu próximo proyecto literario? ¿Puedes adelantar algo?
-Ya terminé mi segunda novela hace algunos meses. Es una historia realista sobre dos personajes completamente opuestos, en apariencia al menos, que se cruzan y hacen temblar el universo. Mi idea era que cada personaje encarnara una visión de mundo y una ideología, e indagar en la oposición. Se llama "Wonderland" y se sitúa en Santiago en dos ambientes principales: El periodismo de entretención y la industria musical. Y ahora estoy trabajando en un proyecto que es una fantasía neovictoriana, ambientada en un mundo devastado en que los pocos sobrevivientes le han dado la espalda a la historia, la cultura y el pasado.

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