Libro refleja la cara más alegre de la inmigración peruana en Chile

SANTIAGO.- "Es cierto que hay tristeza. Están las mujeres que se vienen y dejan a sus hijos allá, para enviarles dinero. Pero en la Plaza de Armas ellos se ven mucho más alegres que nosotros", dice el fotógrafo Fernando Carrasco sobre la comunidad peruana en Santiago, a la que durante meses estuvo registrando con su cámara.

El trabajo quedó plasmado en el libro "Catastro fotográfico de la inmigración peruana en Santiago" (Cuarto Propio, $13.000), que será presentado hoy, y que Carrasco define como "muy positivo".

Esa opción fue parte de las que desde un principio tomaron con la editora Amira Chamy, con quien surgió el proyecto luego de investigar "sobre la importancia de las inmigraciones en general", ideas que aterrizaron después en la inmigración peruana.

"Vimos que muchos trataban mal a los peruanos, que se informaba acerca de que acá vivían en la pobreza. Pero el libro gira y no muestra eso, sino la riqueza peruana. Perú es un país muy rico, y eso se ve reflejado en sus personas", asegura el fotógrafo.

El mencionado trato, reflejado en la vergonzosa discriminación que algunos chilenos aún ejercen sobre la comunidad peruana, determinó una de las principales trabas con que Carrasco se topó en el desarrollo de su trabajo. "La gente tiene mucho miedo a ser discriminada. Algunos tienen miedo a ser fotografiados. Es un miedo que tiene que ver con lo social, no con lo legal", cuenta.

Por esto, el abanico de personajes es amplio. "En el libro puedes ver que hay arquitectos, astrónomos, una nana que es profesora, un abogado que trabaja en una librería. Se trata de valorar a las personas por lo que son".

"El libro muestra que irse de un país también da una oportunidad, y queremos valorar eso, la integración, el intercambio. El jugo de naranja, por ejemplo, ahora no se vende sólo en La Vega, también está en Providencia. Eso es positivo", dice el fotógrafo.

"Catastro fotográfico de la inmigración peruana en Santiago" está dividido por temas, entre los que se incluyen la Plaza de Armas, el ámbito laboral, las expresiones religiosas y el desarrollo de la gastronomía peruana.

En todos ellos se busca reflejar que la inmigración es parte del desarrollo y la construcción de un país, y que los intercambios que genera tienen muchos más factores positivos que los que busque oponer cualquier recelo irracional y primario.