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Chayanne suma nuevas gaviotas a su colección de la mano de su fórmula infalible

El puertorriqueño escaló hasta la versión dorada del trofeo con el show y los éxitos de siempre, y pese a un rebelde resfrío que afectó su voz, pero no su entrega.

24 de Febrero de 2011 | 23:43 | Por Sebastián Cerda, enviado especial a Viña del Mar
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Héctor Flores, El Mercurio

VIÑA DEL MAR.- Pocos artistas podrían relatar esta historia como Elmer Figueroa: Sumar seis veces en la Quinta Vergara en más de dos décadas, y terminar cada ocasión con un efecto más intenso que en la anterior.

No hay que buscarle explicación, porque no la tiene mayormente. Es sólo un arraigo y una fidelidad en sus fanáticas que pocos artistas (tal vez Luis Miguel y sería) han sido capaces de sostener a este nivel con el paso de los años.

Parte de esa historia la integra un romance patentado con Viña del Mar, en un relato que se repite casi sin diferencias cada pocos años, y que esta noche volvió a escribirse.

Porque ya casi se puede anticipar que Chayanne se bajará del escenario del Festival con cuanto trofeo exista en la temporada, y que este año corresponden a antorchas y gaviotas de plata y de oro, que el público le entregó con grito nítido y entusiasta, luego de que el puertorriqueño ofreciera su habitual mezcla de pop latino y baladas románticas.

Con su tradicional estampa de caballeroso galán latino, el cantante apareció desde su ya conocida tarima de la mano de "Provócame", puerta de entrada a una sucesión de éxitos tan calados como "Un siglo sin ti", "Fiesta en América", "Atado a tu amor", "Tu pirata soy yo" y una versión power ballad de "Completamente enamorados", entre otros de una larga lista.

Son básicamente las mismas piezas con que estuvo aquí en 2008 y tres veces en la Arena Movistar en 2010, y que responden a estándares tan regulares en su repertorio que muchas veces parecen el revés y el derecho de un mismo calcetín.

Pasa sobre todo con las baladas, pero también con sus temas más bailables, en los que habitualmente acude a apoyos para que las coreografías no hagan trastabillar su voz, que hoy también se vio amenazada por un agudo resfrío.

¿Hay novedad en lo de Chayanne? Ninguna, pero eso no tiene incidencia alguna en el efecto. Si anoche Marco Antonio Solís demostró que un libreto conocido y reiterado se traduce en un desgaste tanto arriba como abajo del escenario, el puertorriqueño se salta esa lógica: Sus fanáticas han visto esta película decenas de veces, se saben el principio y el final, pero en cada ocasión reaccionan como si fuera la primera.

Repetimos: Es mejor aceptar la situación y no buscarle más explicaciones. Apenas en unos pocos años más Chayanne estará de vuelta en Viña, y la historia será la misma otra vez. Délo por firmado.

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