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La trayectoria de los directores que se tomarán los Oscar

Ron Howard, Danny Boyle, David Fincher, Gus Van Sant y Stephen Daldry tienen una exitosa experiencia en la pantalla grande, pero no todos poseen una gran cantidad de tiempo en Hollywood.

01 de Febrero de 2009 | 11:25 | DPA
LOS ÁNGELES/MADRID.- Los cinco cineastas que aspiran en esta edición del Oscar a un galardón representan una nueva generación que busca dejar su sello en la meca del cine. De todos ellos sólo uno, Ron Howard ("Frost/Nixon"), ha sido distinguido ya como mejor director y busca ahora su segunda estatuilla en esa categoría.

Por eso, no sería de extrañar que la Academia decidiese elegir este año a alguno de los nuevos directores llamados a asumir un papel destacado en Hollywood, como los británicos Danny Boyle ("Slumdog Millionaire") y Stephen Daldry ("El lector") o los estadounidenses David Fincher ("El curioso caso de Benjamin Button") y Gus Van Sant ("Milk").

Ron Howard (Oklahoma, 1954) lleva el mundo del cine en los genes. Hijo de actores, comenzó de niño delante de la gran pantalla y con poco más de 20 años cumplió su gran sueño de dirigir, con la comedia "Grand Theft Auto", en la que también actuó. Desde entonces prácticamente ningún género se le ha resistido.

Convirtió a Daryl Hannah en una sirena ("Splash"), rejuveneció a ancianos en "Cocoon" y tanteó el mundo del western con una pareja de moda, Nicole Kidman y Tom Cruise, en "Far and Away".

Con mejor o peor suerte sus películas siempre funcionaron en taquilla sobre todo por colocar en el reparto a nombres con gancho. Sin embargo, la crítica no siempre fue de la mano con él.

Howard ha sido sobre todo reconocido con sus dramas. "Apollo 13" le reportó nueve candidaturas a los Oscar, estatuilla que consiguió alzar con "Una mente brillante", un drama sobre la capacidad de un matemático encarnado por Russell Crowe, también premiada como mejor película ese año.

Ahora Howard podría alzar su segundo Oscar como mejor director con "Frost/Nixon", una cinta que inmortaliza al periodista británico David Frost, que hizo de la entrevista un arte y cuyo duelo verbal con el presidente estadounidense Richard Nixon acabó con el mandatario asumiendo responsabilidades por el caso "Watergate".

Aunque la crítica le reprochó a Howard trabajos tan mediáticos como "El código Da Vinci", el cineasta contraataca con la segunda entrega de las novelas de Dan Brown, "Angeles y Demonios", que se estrenará este año.

El también estadounidense Gus Van Sant (Kentucky, 1952) ha trabajado con los grandes estudios pero sus propuestas más personales, y las más aclamadas por la crítica especializada, son alternativas.

Fotógrafo, músico y escritor, el director debutó con "Mala noche" (1986), una historia de amor gay entre jóvenes.

Van Sant prácticamente no ha apartado la cámara de los adolescentes como fue el caso de "My Own Private Idaho", la cinta con la que consiguió los primeros reconocimientos y "El indomable Will Hunting", entrada triunfal en el cine de Hollywood que supuso el debut de Matt Damon. Con esta historia sobre la relación de un alumno superdotado (Damon) y su psicólogo el realizador consiguió la primera nominación al Oscar como mejor director.

Alentado por el éxito se enfrascó en el "remake" plano a plano de "Psicosis", que se convirtió en un rotundo fracaso. Cuando alguien le preguntó por qué quiso volver a rodar una de las obras maestras, simplemente replicó que así nadie más tendría que hacerlo.

"Finding Forrester" estaba en la misma línea de la historia que le dio fama mundial, pero tampoco consiguió convencer. Van Sant regresó entonces al cine independiente y Cannes le recibió con los brazos abiertos: con "Elephant" recuperó su faceta de cronista de la adolescencia y se aproximó a la masacre en un instituto en Columbine, Colorado, acurrida en 1999.

Rompiendo las normas, el prestigioso certamen francés le coronó con la Palma de Oro y el premio al mejor director por "Elefante" (2003). La crítica le aplaudió "Paranoid Park", también premiada en Cannes, y ahora aspira de nuevo a la preciada estatuilla de Hollywood con una producción de los grandes estudios basada en hechos reales: "Milk", la historia del primer político abiertamente homosexual que es elegido en las urnas, Harvey Milk.

El debut del británico Stephen Daldry (Dorset, 1961) fue brillante con "Billy Eliot". Dos años después confirmaría que no sólo se trataba de una promesa llevando a la gran pantalla el texto de Michael Cunningham "Las horas". Tras tomarse una pausa de varios años, ahora aspira por tercera vez al reconocimiento de la Academia con "El lector", también basada en una novela, en este caso del alemán Bernhard Schlink.

La base de su éxito está no sólo en poder convertir en imágenes novelas memorables sin que el espectador se arrepienta de haber entrado en el cine, sino también en rodearse de excelentes actores. Ahí están las candidaturas al Oscar que han recibido sus protagonistas en las tres películas que ha digirido, que le permitió a Nicole Kidman ("Las horas") alzar la preciada estatuilla. Las quinielas apuntan a que este año lo hará su protagonista, Kate Winslet.

Su compatriota Danny Boyle (Manchester, 1956) saltó a la fama con "Trainspotting". Era su segunda película y entonces la Academia de Hollywood ya llamó a su puerta con una candidatura al mejor guión por un drama sobre la drogadicción.

Más de una década después y tras un paréntesis en la pequeña pantalla, el medio en el que se formó, Boyle ha revolucionado el panorama cinematográfico llevando a Bollywood hasta la meca del cine, Hollywood, con "Slumdog Millionaire", sobre un muchacho de los suburbios de Bombay que llega hasta la final de un concurso de preguntas en la televisión.

La cinta, una producción modesta de 14 millones de dólares, que figura entre las finalistas a la mejor película, fue la gran sorpresa de los Globos de Oro en enero, donde desbancó a las grandes favoritas alzando cuatro premios, entre ellos el de mejor director.

El estadounidense David Fincher debuta en la alfombra roja más conocida del planeta, después de trabajarse un nombre como director con talento, ya fuese firmando los videos de Madonna, Aerosmith o Sting o enfrentándose a un monstruo como "Alien". El cine de acción le hizo famoso con "Los siete pecados capitales", la película que muchos consideran uno de los mejores thrillers de las últimas décadas.

Intentó repetir éxito con "El juego", enfrentando a Michael Douglas y Sean Penn, pero sería "El club de la pelea" la cinta que le confirmaría en el thriller.

Hace dos años en Cannes, cuando mostró la intrigante "Zodiac", dijo que no quería rodar más películas sobre asesinos, y ha cumplido su palabra. Ahora aspira a ser reconocido como mejor director con "El curioso caso de Benjamin Button", un drama romántico en el que envejece a uno de los hombres más atractivos de Hollywood, Brad Pitt.
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