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Análisis: Bachelet no logra captar todo el apoyo de la Concertación

Candidata deberá hacer reingenería para la segunda vuelta ya que obtuvo casi 6 puntos menos que la Concertación como coalición.

11 de Diciembre de 2005 | 23:34 | María José Errázuriz L., El Mercurio en Internet

SANTIAGO.- Resultados contradictorios, que los expertos electorales desglosarán en los próximos días, arrojaron las elecciones presidencial y parlamentarias de hoy.

Contradictorios, porque si bien la coalición gobernante subió en su apoyo en las urnas (51,75%) y logró imponer su mayoría en ambas cámaras, su representante a la Presidencia no consiguió aunar ese respaldo popular (45,87%) y sacó casi 6 puntos menos que la coalición.

Sí. Michelle Bachelet, por diversas razones - entre ellas, quizás por ser mujer- no alcanzó el 48% de los votos que en 1999 sí logró Ricardo Lagos en primera vuelta. Y por eso, muchos, a lo mejor hoy, se preguntan si fue la mejor carta oficialista para esta contienda, donde el desgaste de tres gobiernos ya implicaba un alto riesgo.

Algunos vaticinaron que las encuestas sobrevaloraban a las candidatas mujeres, pero que en el momento de enfrentarse al voto, el elector lo piensa, y así lo adelantó hace un mes la encuesta CEP, que reveló la caída de la ex ministra en popularidad.

Los concertacionistas podrán sacar cuentas si hubo errores en el planteamiento de la campaña, si la DC se mantuvo o no al margen, o si la candidata apareció sola y sin familia, pero lo claro es que la candidatura de Bachelet deberá readecuarse a los resultados de hoy.

Y readecuarse rápidamente debido a la votación alcanzada por Sebastián Piñera y Joaquín Lavín, que en el papel suman más que los de la Concertación.

La segunda vuelta no aparece una página en blanco, como acostumbra a decir Piñera, porque la votación de Tomás Hirsch bien podría inclinar la balanza, tal como lo hizo el 2000 la de Gladys Marín a favor de Ricardo Lagos, quien ganó por menos de 200 mil votos a Lavín. Aunque en ese sentido ya dio señas el candidato humanista que alcanzó un 5,37% de los votos: "Votaré nulo", dijo.

No sería extraño que estos resultados impliquen el regreso de Soledad Alvear en gloria y majestad como generalísima. No sólo la respalda su primera mayoría nacional con el 43,41%, si no que además puede ser el rostro que se convierta, otra vez, en el dique para la fuga de votos DC a Piñera. Pero un dato a tomar en cuenta es que la senadora electa no concurrió al comando de la presidenciable.

Reordenamiento de la Alianza

El triunfo de Sebastián Piñera sobre Lavín sorprendió a muchos más de los que lo reconocen. Los casi tres puntos que los separan es un duro golpe para la UDI, partido que pese a esta derrota, consiguió mantener su supremacía como fuerza política: fue el más votado y el quedó con mayor cantidad de senadores y diputados.

El trabajo de Piñera, para obtener buenos resultados en enero no es fácil, porque ya sea por sus anticuerpos personales, como por las trabadas relaciones que siempre han tenido la UDI y RN, le resultará difícil conseguir que el gremialismo se sume, feliz, a su campaña. Aunque se rectificó, en un primer momento el mismo Pablo Longueira reconoció que en una segunda vuelta no votaría por el empresario.

Las primeras señas de esta noche fueron unitarias, tanto de Lavín –quien hidalgamente le entregó un piso oficial a Piñera al señalarle que la sociedad de ambos sumaba más que Bachelet- como por el mismo candidato que sigue en carrera.

Este hecho implicará un reordenamiento en las relaciones al interior de la Alianza, pero todo está supeditado a la forma como se conduzca el balotaje y por el hecho de que la UDI sigue teniendo más diputados y senadores que RN.

Lo que sí está claro es que este repechaje para Lavín tuvo sabor amargo y que la visión de Piñera y RN no fue errada al resolver no bajar la sorpresiva candidatura.

En todo caso, la tarea no es fácil para Piñera, porque deberá trabajar duro para poder contener el voto popular de Lavín y que dudará en darle su apoyo a un empresario cuando la opción del frente es una socialista. Además, la campaña de Bachelet remarcará el hecho; un aviso dio hoy cuando dijo que "ni todo el dinero del mundo" podrá derrotarla el 15 de enero.

Las mayorías en el Congreso

Tal como dijo el Presidente Lagos, los chilenos hablaron a favor de la continuidad y lo hicieron específicamente en el Congreso, porque le entregaron al futuro Presidente, cualquiera sea, un Senado desequilibrado.

Tras la salida en marzo de los senadores designados y vitalicios, por primera vez, desde el retorno de la democracia, la Concertación tiene mayoría, aunque no alcance los quórums más altos.

La Cámara Alta quedó, finalmente, compuesta por 20 senadores de la Concertación y 17 de la oposición, más un independiente –el magallánico Carlos Bianchi- que si bien es un ex DC, RN está intentando sumarlo a sus filas.

En la Cámara de Diputados, el oficialismo logró repuntar dos puestos (hizo seis doblajes) y además, verá nuevas caras en sus escaños, así como el regreso de otros que estaban afuera tales como Roberto León y Juan Carlos Latorre.

Así, el oficialismo pasó de 63 a 65 diputados; la Alianza bajó de 57 a 54 parlamentarios y el Partido Regionalista de Soria eligió una diputada en Iquique.

El ordenamiento también al interior del Senado es clave: la UDI sólo perdió un senador en la práctica (Sergio Fernández), porque el cupo de Carlos Bombal (quien intentó romper el doblaje en Bío Bío Costa) se mantuvo con Pablo Longueira.

En la DC la pérdida es significativa: en esta vuelta tenía 10 cupos en reelección y uno lo perdió en la negociación (Rafael Moreno). Con la caída de Carmen Frei en manos del radical José Antonio Gómez; de Andrés Zaldívar en manos del PPD Guido Girardi, de Sergio Páez en manos del PS Camilo Escalona y de Zarko Luksic en manos del PS Pedro Muñoz, la DC pasa de 11 senadores (ya había perdido a Jorge Lavandero) a sólo 6 miembros en la Cámara Alta.

Elecciones
Andrés Allamand.
Los socialistas logran avanzar notoriamente. Además de Ricardo Nuñez, Carlos Ominami, Jaime Naranjo, Jaime Gazmuri, suman ahora a Juan Pablo Letelier –quien derrotó al PPD Aníbal Pérez- Alejandro Navarro (quien ocupó el lugar de José Antonio Viera Gallo), de Escalona y de Muñoz. En total, de cinco pasan a ocho senadores.

Las fuerzas políticas

La situación en que quedaron los partidos en su apoyo popular –expresado en los votos por diputados- también tendrá su eco.

La UDI, pese a las pérdidas en el Senado, se consolida como el partido más popular del país con más del 22% de los votos, dos puntos sobre la DC.

La DC, a pesar de lo sostenido por su timonel, Adolfo Zaldívar, tiene un importante retroceso. Aunque en votos confirma la detención de su caída y se queda en el 20% del apoyo popular, tiene una merma difícil de ocultar en materia de senadores.

RN sube del 13,7% en 2001 a más de 14%, a lo que sumarán luego los votos de los independientes. Sin embargo, la Alianza mantiene la curva a la baja que ya registró en las municipales de 2004 y hoy sólo logró un 38,97%, es decir, debajo del 40% que ellos mismos esperaban.

Al interior de la oposición los resultados son de dulce y agraz para ambos lados: Cristián Leay no pudo desbancar al RN Carlos Cantero; en la enconada lucha entre Pablo Longueira con Lily Pérez se impuso el gremialista; en la Bío Bío Interior, el UDI Víctor Pérez desbancó al RN Mario Ríos; Allamand corrió solo y ganó, pero no con la más alta mayoría nacional y el RN Ignacio Kuschel recuperó el cupo que tenía el UDI Rodolfo Stange.

Las fuerzas en la Concertación también se movieron internamente: en la emblemática pelea de Guido Giradi (PPD) con Andrés Zaldívar (DC) ganó el primero; el radical José Antonio Gómez desbancó a la senadora DC Carmen Frei, los socialistas Camilo Escalona y Pedro Muñoz hicieron lo propio con Sergio Páez y Zarko Luksic.

El PPD puede restar y sumar. Subió casi 3 puntos entre el 2001 y 2005 en votación, y si bien eligió a Girardi perdió la dura batalla en la Sexta Región con Aníbal Pérez ante el socialista Juan Pablo Letelier.