Esta polémica imagen provocó el traslado del juez desde Puerto Aisén a Chiloé. |
SANTIAGO.- El diputado Fidel Espinoza entregó hoy ante la Comisión de Ética de la Corte Suprema una denuncia por diversas conductas irregulares relacionadas con el juez de letras de Castro, Carlos Klapp, quien ya había sido sancionado anteriormente por el Máximo Tribunal por conductas impropias.
El parlamentario entregó, junto con la denuncia, una serie de documentos que dan cuenta de que
desde la oficina del magistrado se han realizado más de un centenar de llamados telefónicos de líneas 700 que prestan servicios de tipo erótico.
De acuerdo a la denuncia del parlamentario PS,
los llamados del juez, que se dirigían a números como "Diosas del amor", "Tarot erótico" y "Mucamas del sexo", tuvieron un costo cercano a los 250 mil pesos.
Todas estas llamadas fueron hechas desde el teléfono privado del magistrado, entre las 8:00 am y 21:00 pm, es decir, en horario de trabajo, según aseveró el diputado.
Junto con ello,
el parlamentario denunció que el polémico magistrado cedió el departamento fiscal que el poder judicial le entrega para su uso exclusivo a un familiar, "cuestión alejada absolutamente de la probidad administrativa".
Además entregó a la comisión diversos oficios enviados por el administrador del edificio en el que se ubica el departamento en los que se acusan diversas irregularidades cometidas por los moradores del inmueble: la hija del juez y dos nietos.
"Ambos hechos permiten llegar a la clara convicción de que las conductas del juez de letras de Castro se distancian absolutamente de los deberes y responsabilidades que a él le competen en el marco de sus funciones" dijo el parlamentario quien solicitó al Máximo Tribunal que investigue los hechos y que aplique las sanciones que correspondan al mencionado magistrado.
El juez Klapp ya fue sancionado anteriormente luego de que se hicieran públicas en 2001 una serie de fotografías en las que él aparecía semidesnudo acostado junto a dos prostitutas mientras se desempeñaba en la XI Región.
En esa oportunidad la Corte Suprema desestimó removerlo, pero sí le aplicó cuatro meses de suspensión con goce de medio sueldo y decretó su traslado a la ciudad de Castro en Chiloé.
En el año 2002, y tras conocerse la decisión de la Suprema que le permitió continuar ejerciendo su cargo, Klapp dijo, rodeado de su esposa y cinco hijos, "nunca más en mi vida volveré a caer en la tentación de ir a un lugar que no se condiga con mis funciones".
El juez Klapp, al ser consultado telefónicamente por Emol sobre su parecer ante esta denuncia, dijo, a través de su secretaria, que no dará más entrevistas a medios de comunicación.
