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Así vivió el funeral la familia Pinochet Hiriart

Momentos de gran tensión y emoción marcaron la forma en que los deudos del general (r) Augusto Pinochet despidieron los restos del fallecido militar.

12 de Diciembre de 2006 | 13:25 | Felipe Gálvez Tabach, El Mercurio Online

SANTIAGO.- Diversos aspectos marcaron la forma en que la familia Pinochet Hiriart vivió la ceremonia fúnebre del general (r) Augusto Pinochet en la Escuela Militar.


Sentados juntos en primera fila, frente al féretro y el altar, esposa, hijos, nueras y nietos fueron protagonistas, en mayor y menor medida, en la misa y en el acto posterior con que se despidieron los restos del ex Comandante en Jefe del Ejército.


-Tranquilos
Los hijos del fallecido militar, junto a sus familias fueron los primeros en llegar hasta el patio Alpatacal, donde se realizaría luego la misa exequial. Vistiendo trajes negros, recibían allí los saludos de todos los asistentes a la ceremonia. Lucían tranquilos sin dar muestras aún de la enorme tristeza que los embarga.


Poco antes de iniciarse la ceremonia llegó Lucía Hiriart, esposa del general (r) acompañada por generales del Ejército. Ella se vio más afectada que sus hijos y en todo momento fue asistida por cercanos para brindarle sombra, agua y compañía durante los momentos más emotivos.


-Desafiantes
Uno de los momentos de mayor tensión se vivió junto con la llegada de la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, junto con los cuatro comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas. En el mismo instante en que la secretaria de Estado tomaba asiento, los cinco hijos del ex general (r) se pusieron de pie y caminaron hasta el féretro para poner sobre éste una banda presidencial.


Con excepción de Jacqueline Pinochet, ningún otro miembro de la familia se acercó a la representante del Gobierno cuando el obispo castrense invitó a los presentes a darse el saludo de la paz. En un primer momento, la hija de fallecido uniformado se vio impedida de acercarse a la personera por un cercano que le aconsejaba no hacerlo, sin embargo, ella de todas formas estrechó la mano de Blanlot y de los cuatro comandantes en jefe.


Además, cuando la ministra se retiraba del lugar un grupo de partidarios de Pinochet quiso acercarse a ella para manifestarle el malestar que les provocaba su presencia. El hecho incluso sobrepasó el resguardo uniformado que tenía Blanlot, produciéndose gran desorden entre los presentes.


-Arriesgados
Otro de los puntos álgidos de la ceremonia se produjo tras la misa, cuando el capitán de Ejército Augusto Pinochet Molina, nieto del fallecido uniformado, pronunció un discurso con alto contenido político, lo que llamó profundamente la atención de los asistentes, especialmente cuando se refirió a los jueces que investigaban cargos contra el ex Comandante como "magistrados que buscaban más renombre que justicia".


-Emocionados
Sin duda fue el final de la ceremonia el momento donde los Pinochet Hiriart se vieron más afectados. Las palabras que María José Martínez Pinochet y Rodrigo García Pinochet, nietos del ex militar, hicieron emocionarse hasta las lágrimas a sus padres. Ambos discursos fueron aplaudidos de pie y dejaron constancia del profundo dolor que embarga a la familia.


La misma emoción se vivió momentos después cuando el ataúd del ex comandante fue paseado en una cureña por los patios principales del recinto castrense y bajo la interpretación del himno del Ejército. En ese instante, los presentes alzaron sus pañuelos blancos y dieron el último adiós al general (r).

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