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Santiago: Miércoles 24 de abril del 2024 | Actualizado 01:12
El día de su graduación en 1995.
Archivo La SegundaSANTIAGO.- El Ejército dio de baja al capitán Augusto Pinochet Molina, según lo informó el propio Comandante en Jefe del Ejército, general Óscar Izurieta, tras la tramitación del decreto que lleva la firma de la Ministra de Defensa, Vivianne Blanlot.
La resolución se tomó en virtud de la intervención fuera de protocolo del nieto del fallecido general Augusto Pinochet Ugarte durante sus honras fúnebres. Pinochet Molina hizo alusión a la acción militar del 11 de septiembre de 1973 y a la actuación de los jueces que han seguido las causas contra el ex gobernante.
Las palabras de Pinochet Molina causaron indignación en el Gobierno, como lo hicieron saber, primero la Ministra de Defensa, y luego la propia Presidenta Bachelet, que consideraron el discurso un hecho gravísimo.
El mismo día martes el Ejército emitió un comunicado oficial en que señala que "de acuerdo con lo coordinado previamente, en el programa para el desarrollo de las honras fúnebres al ex Comandante en Jefe del Ejército, Capitán General Augusto Pinochet Ugarte, no estaba considerada la intervención del Capitán Pinochet".
Añade que "las expresiones vertidas por el mencionado oficial no representan la doctrina ni la opinión oficial del Ejército".
"El oficial aludido cometió una falta gravísima a la disciplina y se van a adoptar las medidas disciplinarias que el caso amerita", finaliza.
El discurso polémico
El capitán Pinochet Molina, hijo de Augusto Pinochet Hiriart tomó posesión del estrado tras sus primos Rodrigo García y María José Martínez, quienes habían proferido emotivas palabras para su difunto abuelo.
Luciendo su uniforme militar, Pinochet Molina, dijo que su abuelo fue un hombre que derrotó en plena Guerra Fría al modelo marxista que pretendía imponer su modelo totalitario no mediante el voto, sino más bien derechamente por el medio armado".
"La batalla fue más dura en su vejez. Fue éste enemigo el que más fuerte lo golpeó (...) donde más fuerte lo golpeó fue en lo afectivo, haciéndolo ver cómo su mujer y familia eran vejados por jueces que buscaban más renombre que justicia", sostuvo mientras la ministra Blanlot se mantenía impávida.
