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Contaminantes del volcán Llaima llegan hasta el océano Atlántico

La NASA, mediante su instrumento OMI (Ozone Monitoring Instrument) que funciona a bordo del satélite Aura, siguió desde sus inicios la trayectoria de las 16 mil toneladas de dióxido de azufre, que pasaron sobre Argentina, hasta las aguas atlánticas.

07 de Enero de 2008 | 19:17 | El Mercurio Online
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La ruta de los contaminantes.

NASA.

SANTIAGO.- La erupción del volcán Llaima el martes 1 de enero no sólo asustó a los habitantes de sus faldeos y concitó la atención internacional. Su fama de ser uno de los más activos de Chile llevó a la NASA - mediante su instrumento OMI a bordo del satélite Aura- a seguir el curso del penacho de dióxido de azufre que los vientos llevaron hacia Argentina, llegando incluso al Océano Atlántico.


El instrumento es parte de una serie de satélites que NASA ha desplegado para monitorear concentraciones de contaminantes desde el cielo como Dioxido de nitrógeno (NO2), ozono (O3), monóxido de carbono (CO) y dióxido de azufre (SO2), además del material particulado.


El estudio de NASA, estima que la pluma de humo mediría 16000 toneladas de azufre, cantidad que supera las emisiones totales de este material que Santiago tiene en un año.


"Ante este tipo de catástrofes siempre es importante destacar el carácter global de la contaminación, sea natural o antropogénica, ya que todas las emisiones van a parar a algún lugar, y son rastreables mediante satélite", destaca el investigador y Director de Ingeniería Ambiental de la Universidad Andrés Bello, Marcelo Mena.  Así, la erupción del volcán Llaima afectaría en la generación de la lluvia ácida, por oxidación de dióxido de azufre, formando ácido sulfúrico, a una escala mayor al de las fundiciones y termoeléctricas.


Con la tecnología OMI, NASA ha podido estimar las emisiones de fuentes industriales de NO2 en China, o el azufre emanado de fundiciones en Perú. Marcelo Mena, quien trabajó con investigadores de este organismo en estudios sobre los efectos de la contaminación en Ciudad de México, señala que en conjunto con modelos numéricos,  es posible determinar las emisiones de los contaminantes mediante la modelación inversa.


“Sin duda la moraleja es que si bien no existen muchas redes de monitoreo para contaminantes naturales o antropogénicos en forma local, los satélites implacablemente están tomado mediciones de los contaminantes, día y noche, lo que permite ver la real magnitud de este tipo de eventos y su efectos en la población”.


Las fotografías sobre el recorrido de los contaminantes del Llaima fueron generadas por el Director del Programa Volcánico de NASA/OMI, Arlin Kreuger.


 

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