EMOLTV

Ruperto: Emoción más que humor

No hay algo más que explique el éxito del fenómeno. Sólo un cariño que logró generar un tipo simple que viene del circo y que supo sacar provecho de un clásico de las picadas chilenas.

28 de Febrero de 2006 | 01:25 | Felipe Gálvez Tabach, enviado especial a Viña del Mar


VIÑA DEL MAR.- Es difícil explicar el fenómeno Ruperto. Un tipo que no hace mejor humor que el que presentó Carlos García hace unos días, pero que de todos modos es capaz de generar una empatía especial, que al final le hizo merecedor de los tres galardones que entrega el Festival de Viña del Mar.

Los premios, se podría pensar, los tenía ganados de antes. Ruperto es una figura que fue consolidando un cariño que comenzó desde que apareció como el borrachito simpático que no dice garabatos ni es ordinario.

Quizás sea esa justamente la explicación. Ruperto innovó cuando presentó un humor blanco, distinto al conocido hasta ahora, y que divertía, porque qué borracho no entretiene...

El show en sí mostró lo más conocido de su personaje. Los "ascucha", "así no más po", "en qué topamos" o "la talla buenaaaa", se mezclaron con la clásica rutina donde se presenta como cantante y malabarista.

A mí lado una colega que no entendía tanta risa me pregunta si siempre es así. Sí, le digo, no hay novedades en su show. Quizás lo único nuevo fue que ahora el malabarismo también lo hizo Sergio Lagos, quien estuvo a la altura de compañero que exigía la presentación. Activo, el animador incluso fue un poco más divertido que el humorista: "El sono promter se fue a la chucha", dijo Lagos soltando de paso el único garabato de la jornada. Y cuando sonaba el teléfono de Ruperto el animador aseguró: "Le dije a la Karlita que no me llamara". A Viña 2007...

No hay algo más que explique el éxito del fenómeno. Sólo un cariño que logró generar un tipo simple que viene del circo y que supo sacar provecho de un clásico de las picadas chilenas.

Fuera de eso, primó más la emoción que el humor en Viña. Al final, repitiendo su despedida de los espectáculos que presenta en el circo, Ruperto dio paso a Cristian Henríquez, el misterioso hombre tras el personaje.

Con lágrimas en los ojos y casi sin voz, Henríquez dedicó las antorchas y la Gaviota de Plata a su madre, hospitalizada hace dos días. La emoción se apoderó de la Quinta.

A mi lado, la joven colega, que aseguraba no haber visto nunca a Ruperto, me dice: "igual me emocioné". Sí, fue más emoción que humor.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?