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El rockstar que estábamos esperando

Un público dispuesto a celebrar cada ocurrencia o referencia política. Una banda a lo Rolling Stones como soporte. Y un cantautor con un pie en el rock y otro en la canción popular latinoamericana. ¿Como iba a salir mal eso?

27 de Enero de 2010 | 10:53 |
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Poder popular. El español Joaquín Sabina dio una muestra de lo bien que empastan las canciones poéticas latinas con el peso del rock y el folk americano.

Héctor Retamal

"No se asusten que ya vendrán las conocidas", dijo Sabina tras interpretar "Tiramisú de limón", primer single de su nuevo disco Vinagre y rosas. Y es que Sabina no sólo es el único cantautor de la "armada española" (Serrat, Aute, Serrano) con un pie en el rock y otro en la canción popular latinoamericana, también es un entretenedor. Como cuando se presentó junto a la corista Mara Barros como Metallica. O las referencias a Piñera y sus acciones de LAN en mitad de "Flores para Magdalena". O su sorpresivo saludo al ex candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami.

La canción dedicada fue "Violetas para violeta", una estremecedora tonada-blues dedicada a Violeta Parra y que critica la política económica de Pinochet. Mientras algunos pifiaban, otros celebraban incluso por twitter la referencia a ME-O. Recordemos que en la conferencia de prensa del lunes, Sabina aseguró que si pudiera votaría por Enríquez-Ominami y a su vez el ex candidato señaló que se había juntado con Sabina antes del recital y que "sigue de cerca la política chilena".

El público, adulto y algo tímido al principio, celebró cada gesto de Sabina. Y él, conocedor de la dinámica de trovador y de rockstar (en Buenos Aires, donde tocó hace unos días, reconfirmó su estatus de fenómeno al nivel de los Ramones o los Stones) se dejó querer.

Por un lado mostró material de Vinagre y rosas en Espacio Riesco. La obra marca el regreso del artista tras su disco Alivio de luto (2005) y la comentada gira "Dos pájaros de un tiro" (2007) junto a Joan Manuel Serrat. La producción fue co-escrita junto al poeta Benjamín Prado, quien estaba divorciándose, lo que para el español era una excelente oportunidad ya que no podía componer nada desde que abandonó los vicios y ahora vive los placeres de la "felicidad doméstica" como aseguró en conferencia de prensa.

Y por otro, los clásicos como "Y nos dieron las diez" y "Peor para el sol" del exitoso Física y química (1992). El disco que lo dio a conocer en el país. También interpretó "Llueve sobre mojado", de Enemigos íntimos (1998), que grabó junto a Fito Páez y que terminó distanciándolos por casi una década. Su banda integrada por el dúo rockero Pereza se paseó con maestría tanto en los solos de guitarra como en las sutilezas del cancionero latinoamericano. Destaca "Es mentira" -que grabó originalmente junto a Charly García- "Barbie superstar" y el hermoso homenaje a Chavela Vargas y Frida Kahlo, "Por el boulevard de los sueños rotos".

Si hay algo que distancia a Joaquín Sabina del resto de la armada española (Serrat, Víctor Manuel, Aute, Serrano) es su actitud rockera. No cualquiera domina la estructura métrica de los sonetos y al mismo tiempo sabe dirigir -guitarra en mano- una banda de rock y pop. Basta escuchar "Princesa" (un canon del rock hispano) o el cierre con "Pastillas para no soñar". Y es que "El flaco de Úbeda" es tal vez el único cantante de este linaje con un pie en el cancionero hispanoamericano y otro en los songwriters norteamericanos (Dylan, Cohen, Waits).

En la víspera, el cantautor había provocado una "polémica" tras su presentación en el Festival de Olmué el pasado domingo, cuando tras abandonar el escenario el público estuvo pifiando durante 20 minutos para que volviera. No hubo resultados, siendo Los Huasos Quincheros, los grandes damnificados, que se presentaron inmediatamente después.

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