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¿Sufres de nomofobia? Entérate en qué consiste este mal moderno

Ir con el teléfono celular hasta al baño y revisarlo cada dos minutos son algunas señales de alerta.

24 de Febrero de 2012 | 13:04 | Por Francisca Vargas V.
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Claudio Parra, El Mercurio
"La fuerte dependencia que produce la tecnología en las comunicaciones está generando crecientes cuadros de estrés y trastornos del sueño entre otras cosas", afirma Jaime Santander, psiquiatra del departamento de Salud Mental de Clínica UC San Carlos de Apoquindo.

Es así como a la dependencia al teléfono móvil los británicos la llamaron nomofobia, una abreviatura de la expresión inglesa "no-mobile-phone phobia", que da cuenta de la ansiedad y angustia que produce estar sin celular.

El neologismo surgió como resultado de un estudio realizado por la empresa de investigación demoscópica You Goy (www.yougov.com) sobre el uso del celular, donde más del 50% de las más de dos mil personas entrevistadas manifestaron tener esta fobia o angustia cuando no tienen el celular en su bolsillo, está fuera de su contacto visual, se pierde, se agota la batería, no tiene saldo o está sin cobertura de red.

La explicación que se da es que al no tenerlo a mano ni funcionando, provocaría una imaginaria sensación de aislamiento, por no poder contestar las posibles llamadas de familiares y amigos, y unos pocos, por no estar en condiciones de responder a las exigencias que le impone el trabajo.

"Al igual que otras conductas adictivas, como la ludopatía (adicción a los juegos de azar), las situaciones que pueden ocasionar aleatoriamente satisfacción o no, tienden a producir la perpetuación de la conducta de espera y búsqueda del refuerzo, que en este caso, es un nuevo mensaje, llamada", explica el médico.

Es decir, estar en permanente contacto o no provocaría en sí angustia, dada la sensación de pérdida de control en relación a la incomunicación con personas queridas o situaciones de importancia. 

En Inglaterra, la aversión psicológica estaría más presente en hombres que en mujeres. En el país no hay estudios, solo testimonios que aseguran que la conducta adictiva con el aparato móvil se ha ido masificando gracias a la utilización de celulares inteligentes, que dan acceso a las redes sociales e internet.

Adicción al celular

La psicóloga Mónica Steinberg (monasteinberg@gmail.com) comenta que la relación íntima con el celular se debe a que estoa aparatos entregan un acceso inmediato a la posibilidad de hablar con otro. "Eso nos da seguridad y placer. Sentimos tener el control en la relación: puedo llamar a quien desee y también contestar a quien desee", dice.

Sin embargo, también afirma que este medio tecnológico genera apego y dependencias a las redes sociales. "Se ha descrito la gran cantidad de tiempo que pasamos actualmente en internet, mayormente en redes sociales, creando la ilusión de estar conectados al mundo, cerca de las personas y de todos nuestros contactos, como una gran familia por lo que desapegarme o dejar de pertenecer a ese grupo resulta inadmisible", sostiene la psicóloga.

Por lo tanto -asegura-, el estar desconectado crearía una sensación angustiosa difícil de tolerar y que según la especialista generarían comportamientos similares al síndrome de abstinencia.

Incluso sostiene que la atracción es tan grande, que las personas no pueden dejar de revisar sus teléfonos y llegan hasta el punto de arriesgar la vida cuando van manejando o se descuida el caminar si van por la calle, ya que cualquier momento es oportuno para mirar "¿qué hay de nuevo?".

Para salir de este mal del siglo XXI, la profesional llama a relacionarse con la tecnología de la misma manera cómo las personas interaccionan en el mundo real. "Entonces sabré certeramente que necesito tiempos personales y tiempos de calidad con el mundo que me rodea y podré dejarlo apagado para que no se interponga en mi relación conmigo misma y los demás", explica.

En ese mismo sentido, Jaime Santander llama a apagar o silenciar los smartphones durante las comidas y en la noche. Sin embargo, dice que solo será un problema grave para quienes no son capaces de manejar los límites con la tecnología.

"Las temáticas de los problemas van cambiando conforme se modifica la tecnología y la cultura, lo que siempre persiste es nuestra vulnerabilidad a enganchar de modo patológico con esta u otra tecnología", explica.

Desde esa perspectiva tal vez lo más sano sea utilizar en la justa medida los aparatos telefónicos, darse el tiempo para informarse, revisar mail y luego vivir el presente, todo aquello que no se ve en ningún aparato tecnológico.
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