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Método Benjamin, la terapia que ayudó a González con sus lesiones

Existen numerosos testimonios que dan cuenta de su efectividad de esta terapia complementaria.

27 de Abril de 2012 | 15:07 | Por Francisca Vargas V.
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“Tuve problemas físicos en el último tiempo de mi carrera y soy muy amigo de los métodos que no son invasivos y el Método Benjamin no lo es y tiene buen resultado”, comenta Fernando González, tenista que se acaba de retirar del circuito.


Dice que, en el peor de los casos no hace nada, pero que en su experiencia como deportista probó muchas cosas y que el Benjamin es una gran opción. Paula Droguett (painlesschile@gmail.com)  única especialista del Método Benjamin en el país, cuenta que atendió por varios meses a González y que lo más palpable es la recuperación que tuvo en la Copa Davis.


“En esa ocasión tuvo un desgarro miofascial de 4 cm. en el vasto interno, que es un músculo ubicado en el muslo. Ese mismo día empecé a hacer el tratamiento y se recuperó bastante rápido para el pronóstico médico que era de un mes, con el Método en una semana el dolor había disminuido”, asegura la terapeuta que estudió en Barcelona y que lleva 5 años trabajando con esta técnica.


También comenta que trabajó los dolores a la rodilla y en la columna lumbar que sufría el deportista.


Al parecer, la técnica resulta y beneficia estrictamente a lesiones en los tendones, músculos y ligamentos, que se define como una terapia manual que se dedica a trabajar con precisión las fibras musculares y las lesiones del tejido blando.


¿De dónde surge?


 “Es un masaje de fricción transversal profunda y es una forma de masaje médico muy preciso, que fue desarrollado por el cirujano ortopédico, Dr. James Cyriax, pero perfeccionado por el también inglés el Dr. Ben Benjamin, en colaboración Milne Ongley, ambos de Cambridge”, cuenta Droguett.


¿Cómo funciona?


 Explica que cuando se producen desgarros del tejido blando aparece una cicatriz consistente de colágeno para reparar el tejido lesionado, pero esa cicatriz tiene una forma indiscriminada a la estructura del tejido original y eso sería lo que causaría el gran dolor.


Lo que hace este masaje con las manos, “es hacer una fricción que rompe el tejido cicatrizante que está evitando la reparación adecuada del músculo, tendón o ligamento y también separa adherencias del ligamento al hueso, lo que permite que se produzca una curación normal pero acelerada en comparación a un tratamiento con máquinas”, detalla.


Es decir, el masaje promueve la formación de un tejido móvil, debidamente alineado y estimula el riego sanguíneo en áreas que normalmente reciben poca circulación, como por ejemplo, el tendón. “Esto se logra mediante un trauma ligero y controlado que el masaje produce en el lugar de la lesión, aumentando los tiempos de recuperación y evitando operaciones, bloqueos fascetarios o infiltraciones que enmascaran el dolor, con el Método obtienes un 80 y 100% de recuperación, dependiendo de gravedad de la lesión y su antigüedad”.

¿Qué lesiones recupera?


 Según Paula Droguett, con estudios en la Quirotema Escuela Superior de Quiromasaje y Terapias Manuales de Barcelona, el Método Benjamin o también conocido como Masaje Transverso Avanzado, MTA es probadamente eficiente al tratar todo tipo de lesiones musculares, tendinosas y ligamentosas, dolores reumáticos, hernias, discopatías, lumbalgias, contracturas, bruxismo, manguito rotador, bursitis, fatiga crónica, síndrome basilar y dolor de cabeza de origen tensional, donde la terapia se aplica en la zona cervical, cabeza y rostro, aliviando rápidamente el dolor, sin remedios.


Además, Paula Droguett aplica el método terapéutico para pacientes con fibriomialgia en conjunto con una psicóloga que verá el aspecto emocional y son varios los deportistas que están optando por este tratamiento, como Nicolás Córdova, Rafael Olarra, Pedro Morales, entre otros.


Para efectuar este masaje especial, que va directo al punto de la lesión o del dolor, eliminando adherencias y deshaciendo nódulos y contracturas, habrá que tener un vasto conocimiento de anatomía, porque como la fricción es en sentido transversal a las fibras, sino se sabe qué se manipula puede causar un daño mayor.


Para emprender un tratamiento, la persona puede ir con un diagnóstico médico o no. Cualquiera sea el caso, le harán pruebas de resistencia pasiva y activa, para corroborar si es una lesión ligamentosa o discoradicular. Esto, porque hay dolores en el cuerpo que son difíciles de diagnosticar, como el caso de Juan Ignacio Muggli (57), quien pasó un año y medio con dolores en los muslos anteriores tras un resfrío el 2010.


“Tuve juntas médicas en prestigiosas clínicas, una donde me iban a operar de la columna y luego me derivaron a un neurólogo, donde estuve con tratamientos con pastillas pero no lo resolvieron. En la otra, al ver que ya casi no caminaba, se me doblaban las rodillas y tobillos, me derivaron a distintos médicos, el último me dijo que lo más probable es que tuviera cáncer encubierto en los muslos. Pasé un año en doctores hasta que llegué donde Paula Droguett, quién descubrió que por el remedio que tomé para bajar el colesterol, liberó una toxina que produjo una obstrucción en el ligamento supraespinoso en la columna. Ella me descomprimió el ligamento supraespinoso sin operación y a la semana, volví a caminar bien. A los 2 ó 3 meses ya estaba listo”, asegura.


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