De esta manera, cuando personas sanas consumen adecuadas cantidades de antioxidantes, el balance que se produce entre ellos y los radicales libres es favorable.
"Sin embargo, en presencia de cáncer y sus tratamientos, el efecto de los antioxidantes puede llegar a ser desfavorable, porque la gran mayoría de las terapias para el cáncer, tales como la radioterapia, quimioterapia y la terapia dirigida a los genes, dependen directa o indirectamente de los radicales libres para eliminar a las células cancerosas a través de la inducción de la apoptosis", sostiene.
De ahí que se pueda entender la afirmación del Premio Nobel sobre la incidencia negativa de los antioxidantes en el tratamiento contra el cáncer, ya que las células cancerígenas en fases avanzadas de la patología -comenta Lissete Duarte- tienen frecuentemente múltiples copias de oncogenes que promueven el crecimiento y división celular.
"Estos oncogenes estimulan a la célula tumoral a producir altos niveles de antioxidantes, que bloquean las terapias oxidantes, es decir, destruyen radicales libres e impiden la inducción de la muerte celular”, explica la especialista en nutrición.
La polémica
De todas maneras, la ciencia está dividida y se encuentran diferentes posturas a favor y en contra sobre la ingesta de antioxidantes, pues todavía faltaría más estudios para asegurar o desmentir que el uso de ellos por pacientes con cáncer promueve más que detienen la enfermedad.
"Aún no hay evidencia suficiente para demostrar que la suplementación con antioxidantes, multivitamínicos y minerales prevengan el cáncer o reduzcan la mortalidad a causa de esta enfermedad", agrega Lissette Duarte.
Es más, la experta coincide con el Premio Nobel y cuenta que hoy muchos especialistas sugieren que el uso de suplementos de antioxidantes en pacientes oncológicos con tratamientos de radioterapia o quimioterapia, sea suspendido o bien estrictamente supervisado por el oncólogo tratante.
Por otra parte, añade que tanto en pacientes con cáncer como en la población general, no es adecuado suspender el consumo de frutas y vegetales que contienen antioxidantes, debido a que estos alimentos si se consumen en cantidades adecuadas, aportan antioxidantes en niveles que no resultan nocivos para el organismo.
"Es que muchas veces por desconocimiento se consumen altas dosis de una o más vitaminas sin prescripción médica, pues existe la creencia popular de que no son nocivas para la salud", afirma Lissete Duarte.
Por eso, anima sí o sí a consumirlos en las comidas y reducir de esa forma, el riesgo de contraer cualquier enfermedad.