Su diagnóstico es lapidario. No es verdad que las nuevas generaciones vengan con el chip de la igualdad instalado y hay que hacer un gran trabajo por formarlos en ese sentido, porque si no la agenda de género terminará reducida a la aspiración de unas pocas.
Gianina Figueroa, presidenta de la Corporación Mujeres Líderes de Chile tiene mucho que decir, de verdad, en este tema. Como militante DC y empresaria de Valparaíso, ha vivido en carne propia las dificultades de abrirse paso, sobre todo, en lo público.
“Somos invisibles” sentencia, cuando habla de la vida de militante.
Frustrada candidata a concejal, no ha bajado sus brazos en intentar mostrar a las mujeres y sus capacidades y, por ello resolvió crear una fundación que trabaja con las bases y sobre todo, con los estudiantes secundarios que permanecen en la absoluta ignorancia en este tema, en la importancia de este tema.
Promotora de la campaña “Falta la otra mitad” de la Corporación Humanas, hoy se concentra en expandir su escuela de líderes secundarios y lograr entregar este año –junto a la Universidad Viña del Mar- la categoría de embajadores de la agenda de género a 100 hombres de la región que estén realmente comprometidas con ella.
Se declara descontenta con la poca participación que tienen las mujeres en política, especialmente cuando deben ocupar una candidatura, y asegura que las mujeres “estamos aisladas en los partidos. Nuestra situación es compleja, los hombres se han tomado los cargos”.
-¿En qué momento te empezó hacer ruido lo que está pasando?
“Soy militante desde los 14 años, pero cuando uno estudia y forma una familia, deja de lado la militancia dura de estar en los cargos porque los horarios son incompatibles para las mujeres. Por años trabajé en las campañas siendo parte de una máquina electoral, pero veía que mis intereses se veían absolutamente truncados.
“De ahí que surge la posibilidad de generar esta corporación junto a otras mujeres, de otros partidos, que comparten esta visión y que quieren espacio en sus partidos”.
Gianina tiene una visión aguda de lo que pasa con las mujeres en política y por eso asegura: “Este es un período en que las mujeres estamos muy alerta. Esperamos que la Presidenta Bachelet dé una gran señal con un gobierno paritario. En los últimos 4 años perdimos todo lo ganado en cargos de gobierno”.
-Bueno, eso demuestra que la política paritaria de Bachelet no tiene sustento en la clase política en general.
“Sí, porque además no hay ni una norma legal que establezca esa igualdad y activa. El intento de Michelle Bachelet se diluyó y por eso queremos que haya un cambio constitucional”.
-En tu experiencia, cuando competiste en las primarias de tu partido, ¿qué bloquea el ascenso de las mujeres?
“A lo mejor ese no era mi momento, pero hay un tema cierto y que es para las mujeres es muy difícil acceder a recursos. Mientras no haya un financiamiento público las mujeres quedaremos siempre fuera. Los hombres, por años, han armado redes y pueden enfrentar campañas de millones de pesos, pero para nosotros es totalmente complejo”.
-¿Por qué?
“Porque no logramos articular esas redes y además porque no hay confianza de los partidos en nosotras y eso es un gran error. Las mujeres somos productos elegibles, hemos demostrado tener un buen desempeño, pero llegar ahí cuesta mucho. Somos mujeres invisibles.
“Hoy se está armando el nuevo gobierno y cuando me junto con mis camaradas que están formando listas, nosotras somos invisibles, no existimos pese a que somos las que hacemos las campañas. Este sistema patriarcal no deja que estemos en igualdad”.
-¿Son invisibles porque son pocas y esas pocas no participan?
“No, para nada, somos invisibles porque se aplica la norma ‘el que tiene mantiene’ lo que hace que ningún partido arriesgue nada. Aunque subimos en dos cupos las senadoras y diputadas, somos minoría y los partidos tienen que comprometerse más cuando somos más del 50% de la militancia”.
Esta dirigente sabe que una ley de cuotas que establezca un mínimo de representación por género es poco probable que sea aprobada por parlamentarios que quieren, precisamente, mantenerse en el cargo. Pero advierte que las organizaciones sociales están atentas y harán cumplir la palabra empeñada a todos los que en campaña dijeron apoyar la igualdad de género.
-¿Cómo visualizas el futuro?
“Nosotros trabajamos en la base, en las poblaciones y hay un gran porcentaje de las mujeres de Chile que no saben lo que está pasando, no comprenden cuál es la importancia de esto. Las mujeres desconocen este tema y por eso, será muy difícil armar un ejército que salga a protestar frente a lo que está pasando. Y el statu quo se ampara en eso y han perpetuado la situación.
“Cuando las mujeres realmente se empoderen esto será distinto. Nosotras estamos capacitando a las dirigentes y hacemos lo mismo con los adolescentes”.
-¿Con ellos es distinto?
“No, hemos hechos jornadas cívicas con enfoque de género y la verdad es que es desalentador. Uno cree que esta nueva generación viene con el discurso, pero no, las nuevas generaciones no traen el chip de la igualdad de género. De hecho, las niñas viven todavía en ambientes de violencia, donde los padres son proveedores y no logran levantar la voz porque todo se justifica. Es muy raro lo que pasa y qué decir del descontento que expresan frente a la política.
“Tratamos de inculcar que las transformaciones pasan por el hecho de que ejerzan su derecho a voto, pero no les interesa y eso es un futuro complejo para el país. En nuestros estudios el 81% de los jóvenes no se interesan en la política”.
Gianina asegura que los referentes que los jóvenes ven como Karol Cariola, Camila Vallejo o Michelle Bachelet pueden ser estímulos, pero aún insiste que las trabas muchas veces pueden hacer que se cumpla el dicho de que una golondrina no hace verano.
-¿Dónde están las piedras de tope?
“Ya dije que el financiamiento, pero también ese ninguneo permanente en los partidos, el hecho de que sólo seamos útiles para hacer el trabajo en terreno de las campañas. También nos juega en contra la corresponsabilidad en la crianza de los hijos, porque mientras ellos no asuman en las casas será difícil que las mujeres puedan ir a ejercer su vocación pública”.
-¿Hablas de mano de obra al igual que a los jóvenes?
“Sí, pero las mujeres estamos más claras. Las mujeres de base ya no estamos disponibles para cualquier cosa y de hecho las miembros de la corporación han sacado la voz para participar. Las cosas han cambiado, las mujeres ya no estamos para servir el tecito cuando va el parlamentario".
“Esto no pasa sólo por una cuestión de cargos en el Congreso, no, tiene que ver con que haya violencia contra nosotras, que ganemos lo mismo que los hombres si estamos en el mismo cargo, hay tanto por hacer, pero en eso estamos”, dice confiada.
