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Mujer paralítica desde su despedida de soltera lucha por ser madre

El día de su despedida de soltera, un accidente cambió por completo la vida de una novia que decidió no echarse a morir y salir adelante junto a su marido y sus amigas. Hoy, su sueño es convertirse en mamá.

11 de Abril de 2014 | 15:28 | Emol
“Nunca te imaginas que podría pasarte a ti”, reflexiona Rachelle Friedman (28 años), al recordar la noche que le cambió la vida. Con motivo de su matrimonio, en mayo de 2010, sus cuatro damas de honor y mejores amigas le organizaron su despedida de soltera,  de la cual, la novia saldría en una ambulancia y sin volver a caminar.

La noche había estado acompañada de comida y música. Y para coronar la diversión, las amigas decidieron bañarse bajo la luz de la luna. Fue entonces cuando -como tantas otras veces bromeaban entre ellas-, una de las damas de honor empujó a Rachelle al agua, sin advertir que la festejada caería a una profundidad de solo 60 cms. Se rompió el cuello y quedó paralizada del pecho hacia abajo.

“La cosa es así: Un accidente por sí mismo, no determina el carácter de alguien. Sino el cómo se responde al accidente y sus secuelas”, aseguró hace unas semanas la mujer, a propósito del próximo lanzamiento de su libro “The Promise: A Tragic Accident, a Paralyzed Bride, and the Power of Love, Loyalty, and Friendship” (la promesa: un trágico accidente, una novia paralizada, y el poder del amor, la lealtad y la amistad), en el que describe su vida antes y después de su caída, cómo superó las adversidades, logró casarse y sobre todo, el nivel de lealtad y compromiso con sus amigas, en especial con la que la empujó a la piscina.

Cabe señalar que tras esta experiencia, los medios de su país, EE.UU., se interesaron tanto en su historia, que Rachelle llegó a ser conocida a nivel nacional como “la novia paralizada”, hecho que hoy rememora algo molesta: “Soy más que eso”, aseguró en Xojane.com. “Soy una chica normal que tenía la vida a su favor cuando todo se vino abajo”, agregó.

Allí, junto con querer dejar en claro que su accidente le puede pasar a cualquiera, repasó los duros momentos que pasó, no solo con su rehabilitación y intento por retomar su vida –hoy practica deportes en silla de ruedas y hasta hace surf-, sino con todos los comentarios que surgieron en la opinión pública, desde que el accidente se lo había buscado por haber estado bebiendo esa noche, hasta la insistente pregunta que le hacían en la prensa y en la calle, buscando culpables: ¿cuál de tus amigas fue la que te empujó?

“Esa noche las cinco hicimos un pacto tácito de no revelar el nombre de la que me había empujado, sin importar nada más. Nuestros lazos de amistad no serían rotos (…) Mi querida amiga quien no tenía solo intenciones inocentes no solo es la que me empujó, sino que es también una amiga que tendrá que soportar el peso de la culpa por el resto de su vida”, explicó, agregando que jamás se ha arrepentido de guardar el secreto. “Ella es y será para siempre una de mis amigas más cercanas”.

La mujer comentó que en su libro relata lo mal que lo pasó viendo su caso en la prensa, pero no por ella, sino por su amiga, imaginando lo mal que se debía sentir, al revivir el accidente una y otra vez, entre los comentarios de la gente que opinaba: ‘Qué mala amiga” o “yo jamás podría perdonar algo así”.

La última pieza para ser feliz

“Quiero un hijo más que cualquier cosa”, escribió hace unos días Rachelle en su cuenta de Twitter, pidiendo ayuda para cumplir su sueño.

Tal como lo ha explicado, su parálisis no ha afectado sus posibilidades de embarazarse, pero los remedios que toma son muy fuertes y podrían dañar al feto. “Es por esto que mi esposo Chris y yo estamos recaudando dinero (en Go Fund Me)  para un vientre de alquiler. Esta sería la pieza final para nuestra felicidad, así que espero que suceda”, escribió.
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