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Diez consejos para no ser una madrastra de terror

Los cuentos de fantasías no le dan mucho crédito, pero como todo en la vida, siempre hay excepciones. Aprenda a ser activa en el rol parental.

09 de Enero de 2015 | 15:05 | Por Francisca Vargas V.
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Julia Roberts de madrastra en Blancanieves.

Tal vez la imagen poco positiva de la madrastra de la Cenicienta les haya jugado una mala pasada, porque cuando se habla de “madrastras” su maldad aparece de inmediato. Y, ¿cómo no? si la villana es envidiosa, déspota y cruel.

Mito urbano o no, la llegada de una nueva esposa a una familia constituida no siempre es bien recibida. Se les trata de “extraña”, invasiva y pretenciosa porque se “supone” que quiere ocupar un lugar que siempre será de esa madre, aunque ella haya fallecido.

Es más, la alta resistencia a su presencia las hace “cargar” con la culpa cierta o no, cuando el padre decide formar una nueva pareja y todos creen que no toma en cuenta el luto de sus hijos por la madre fallecida.

Es que el asunto es complejo desde donde se le analice, independiente a la situación que origine. Lo primero es saber que para interpretar el papel que las vueltas de la vida te asignaron se necesita de tiempo, ganas, paciencia, organización y harto amor para emprender el proyecto familiar, porque será de una forma que quizás nunca nadie imaginó.

“Creo que es vital antes de formalizar la relación, otorgar y abrir espacios para que cada uno de los involucrados se pueda conocer y comprender los sentimientos que cruzarán estas relaciones”, dice Alejandra Bórquez, psicóloga especialista en adolescentes, adultos y niños (alejandrabcousino@gmail.com ).

Agrega que los adultos deberían crear actividades para que los hijos pasen tiempo a solas con su padre y que en ese rato, la madrastra se luzca con su madurez y generosidad para “desaparecer” un poco. La idea es que sea el mismo papá quien demuestre que estos cambios de “nueva familia” no va a afectar en su relación padre – hijos.

“Por eso recomiendo que, en un inicio el padre salga mucho con los hijos solos, a comer, al parque, en fin, dejarles claro que él está con ellos y que la nueva señora del papá, es un agregado positivo y de apoyo a estos nuevos cambios que serán favorables para todos”, sostiene la psicóloga.

En ese sentido, Felipe Agurto, psicólogo y coach certificado, declara que es importante que las nuevas madrastras, conozcan la historia con la madre ausente, y en forma paulatina, empiecen a construir una forma de relacionarse con sus “hijastros” desde la espontaneidad y la realidad actual.

“Pero sin pretender borrar y anular el pasado, o imponer a la fuerza un estilo. Tenemos que aprender a respetar con paciencia los nuevos acuerdos en el vínculo que está naciendo”, señala.

La actitud

Es que ser madrastra y encajar en un molde ya hecho es lo que complica a la mayoría de las mujeres que asumen ese rol. La tarea requiere ante todo, que la relación de pareja sea sólida. “Necesitas una buena comunicación y estabilidad en la nueva pareja, porque tienen que tener claro qué es lo que se quiere fomentar, desarrollar y entregar a los hijos en esta nueva familia”,, afirma la especialista Alejandra Bórquez.

Porque así no habrá dudas sobre los roles ni la distribución de reglas por ambos y la confianza, el afecto y la misma relación será sólida. Agurto llama a las mujeres madrastras a presentarse en el sistema familiar “sin memorias y sin deseos”.

Es decir, desde su realidad presente, sin forzar, actuar o reprimir su propio estilo de personalidad. “La madrastra debe construir su relación desde un ajuste a las expectativas al sistema, donde la clave será no luchar ni imponer, sino proponer y consensuar e invitar a descubrir el reino que pueden generar en conjunto. Desde una mirada apreciativa de la vida”, detalla Agurto.

Pero también hay que considerar que es la mujer la que da solidez al hogar, de acuerdo a lo que expresa la psicóloga Alejandra Bórquez, por lo que la unión debe ser cálida y paulatina.

“No tienes que tratar de caer bien ni ser muy condescendiente con ellos, ya que los niños son inteligentes y se darán cuenta rápidamente si de alguna manera se intenta forzar la relación”.

Y por ningún motivo, añade, hablar mal de la madre de los niños, porque eso sería la perdición. “También evitar criticar o tratar mal al padre delante de los hijos, ya que ellos lo defenderán de esta ‘intrusa’, aún cuando ellos mismos se quejen de él o de su madre”, opina Bórquez.

La clave, por tanto, es entender que el vínculo de madrastra o padrastro se construye desde una voluntad responsable y genuina. “No necesariamente los hijos de la nueva pareja tienen que quererme o aceptarme ni tampoco que yo me encuentre capacitado para asumir un vínculo de paternidad. Ser padrastro o madrastra es mucho más que establecer una relación con los hijos de mi pareja”, argumenta el psicólogo.

Serlo está relacionado con la apertura genuina del nuevo integrante para involucrarse en la familia y a la vez, se concreta cuando los mismos niños abren la puerta, para que de verdad exista una vínculo parental activo, maduro, confiable y de apoyo o contención real a su crecimiento y vivencias.

Los 10 consejos

¿Cómo deben tratar la relación con sus hijastros? ¿Se deben meter en sus vidas? ¿Qué papel tienen que asumir cuando pelean con su padre o su madre? Para saber cómo actuar, los psicólogos entregan una serie de recomendaciones para quienes se inician en estas lides o ya se encuentran en ella.

1. Es preciso anteponer las necesidades de los niños y no sus deseos: Esto después del paso inicial de otorgar el espacio y el tiempo para que niños y nuevo integrante puedan crear una natural simpatía y fluida relación.

2. Transparentar y consensuar todo el sistema familiar: Las normas de convivencia, los valores, el proyecto de vida y las metas que orientan la ruta.

3. Dar amor, afecto, espacio de comunicación y reglas coherentes siempre: Esto se necesita para una adecuada formación y creación de un nuevo hogar.

4. Aplicar sistemáticamente las nuevas reglas para todos: Los hijos necesitan límites claros y coherentes, así sabrán lo que se espera de ellos y lo que ellos también deberán entregar para ser parte activa e importante en la conformación del nuevo hogar.

5. Procurar actuar desde la realidad: Con tolerancia, paciencia y desde una perspectiva constructiva, adaptándose al cambio. No nacimos siendo padres, pero si aprendimos del rol en nuestro papel de hijos, y del ejemplo que recibimos de nuestros respectivos padres.

6. Ser coherentes con lo que se dice, piensa, siente y actúa: La mejor manera de criar a los hijos es a través del ejemplo y eso es para todo tipo de familias.

7. Es aconsejable crear nuevas tradiciones familiares: crear actividades para hacer en familia, incluso entre madrastra e hijastros, siempre teniendo en cuenta su opinión y siendo suficientemente abierta para aceptar las instancias que ellos propongan.

8. Evitar los regalos y dulces si los niños no se lo han ganado: Eso demuestra un intento de compensar cariño por objetos y finalmente los hijos podrían manipular las relaciones, lo que dificultaría en gran medida la construcción de un cariño y afecto verdadero y natural.

9. La clave es divertirse juntos y no tratar de ganar su amor, evitando forzar la relación: Una relación abierta y evitando los conflictos con la ex pareja favorecerán una adaptación con la madrastra y con la nueva familia.

10. Relación de confianza: Así como se da en la relación con los hijos naturales, tanto la madrastra como la madre deben crear un vínculo en el cual el niño o adolescente llegue a ellos de forma natural. Para toda persona el respeto es vital y la confianza se gana con el tiempo, dedicación y mucho afecto.
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