La bella del burlesque y la bestia sensible
Cuatro babuinos, dos monos, un pavo real y un jabalí –todos disecados- fueron peleados a muerte por Dita Von Teese (37) y Marilyn Manson (40).
Ella, una bailarina de burlesque, que hoy por hoy derrite a su público con sus show de strip-tease y sus conjuntos de lencería; y él, uno de los músicos más controvertidos del último tiempo, daban fin a su matrimonio entre luchas legales por la custodia de sus “mascotas”.
Se conocieron en una feria de ropa vintage, el año 1999. Para el cumpleaños número 32 de Manson, él la invitó a su concierto y ella aceptó el llamado, apareciendo con una botella de absenta (bebida conocida por su alto contenido de alcohol) de regalo.
Tal habría sido la química, que Dita se terminó quedando días y días en el bus de la gira de Marilyn. Comenzaron a salir, y ya para el 2003, la relación iba tan viento en popa que la reina actual del pin-up decidió presentar su curioso novio a sus padres.
“Estaba realmente nerviosa al principio, especialmente con mi papá, porque nunca aprobó a ninguno de los hombres con los que estaba saliendo (...) Gracias a Dios, él no tenía idea quien era él (Manson, el mismo que en su video “Mobscene”, muestra a Dita sumergida en una copa de Martini, mientras cantaba “be obscene, be be obscene”) (...) Él estuvo realmente dulce. A mis amigos les gustó mucho, incluso a mi papá”, declaraba en esos años Von Teese.
Al año siguiente, ella le daba el sí al músico, en la casa que ambos compartían en Los Angeles. Él, de rodillas, le pidió su mano, con un nada despreciable antiguo anillo de diamantes de 7 quilates, hecho en los años ‘30.
“No será un show raro como todo el mundo piensa”, comentó la bailarina sobre la esperada boda. “Será elegante y con estilo”.
Meses después, el 3 de diciembre del 2005, en una ceremonia tan particular como su misma unión sentimental, un chileno unía a la voz de “The beautiful people” y a la mujer que nada en Martini: el mismísimo Alejandro Jodorowsky.
En el castillo Hurten, en Kilsheelan, Irlanda, una orquesta de los años ‘30 y un hombre parecido a Fred Astaire –según el psicomago- animaban la fiesta en la que Dior, Galiano y otros famosos celebraron la unión de los Manson, hasta cerca de las tres de la mañana.
Marilyn, de labios rojos y su ojo blanco, y Von Teese, con un inmenso vestido morado, sombrero de tricornio y, obvio, un corsé, escucharon las palabras de Jodorowsky, quien, de blanco y con unas botas prestadas por el músico, pedía en español a los cuatro elementos que bendijeran a la pareja.
