La novia estudió ayer con sus damas de honor de qué manera éstas recogerán la cola de su vestido cuando ella se desplace.

MADRID/AGENCIAS.- El Príncipe de Asturias y su prometida, Letizia Ortiz, protagonizaron ayer el ensayo general de su boda, que se celebrará mañana sábado en la catedral de La Almudena de Madrid, mientras la ciudad culmina los preparativos.

Los novios visitaron el templo y el Palacio Real y supervisaron tanto los últimos preparativos de la ceremonia religiosa como del banquete nupcial. Felipe de Borbón, de 36 años, vestía una gabardina, pantalón marrón y camiseta polo naranja, y Letizia, de 31, llevaba un traje de pantalón crudo con camiseta blanca.

La pareja mostró particular interés por saber si después de la ceremonia, a la hora de firmar en el acta que dará fe de su matrimonio, tendrán que sentarse o permanecer de pie. Además, Letizia estudió con sus damas de honor de qué manera éstas recogerán la cola de su vestido cuando ella gire a un lado o a otro.

Asimismo, los cinco nietos de los reyes y una sobrina de Letizia, Carla Vigo, repasaron su actuación como pajes en el cortejo nupcial. Nuevamente, los primeros llevaron una guirnalda desde la Puerta del Patio de la Armería del aledaño Palacio Real hasta la catedral.

También las infantas se acercaron hasta el Patio de la Armería para ayudar a la reina y las niñeras en los ensayos de sus hijos, que en días anteriores, sobre todo el hijo mayor de Elena, Felipe Juan Froilán, habían protagonizado alguna travesura.

Felipe Juan Froilán formará el cortejo de pajes de los novios junto a su hermana, Victoria Federica, de tres años, y sus primos Juan Valentín, de cuatro, Pablo Nicolás, también de tres, y Miguel, de dos, acompañados de una sobrina de Letizia.

En el entorno de La Almudena, cuya fachada principal mira al Palacio Real, se aprecia ya parte de la inmensa alfombra roja que recorrerán los novios, sus padres y los invitados más ilustres.

El resto de los asistentes entrará al templo, decorado con flores blancas y tapices históricos, por una de sus puertas laterales, en la que se ha dispuesto una pasarela cubierta para que en caso de lluvia puedan guarecerse.

Desde la catedral, la pareja se trasladó a la Basílica de Atocha, donde Letizia entregará su ramo de novia, el sábado después de haber dado el "sí quiero".

La capital española se ha convertido en los últimos días en un gigantesco plató cinematográfico, adornado con miles de flores, banderolas y luces para servir de escenario al enlace del Príncipe de Asturias.

Casi un siglo después de la última boda real celebrada en Madrid, todo está a punto para recibir al millar y medio de invitados que asistirán al enlace y que ya han comenzado a llegar.

Sin olvidar a las víctimas de los atentados terroristas del pasado 11 de marzo, en cuya memoria se ha plantado "El bosque de los ausentes," la ciudad se ha volcado en los preparativos de un acontecimiento histórico para el que sólo resta un día. La decoración de la ciudad trata de reflejar el espíritu de la primavera de Madrid y, para ello, se han escogido los colores blanco, amarillo, plata y rosa, que se repiten en los distintos adornos seleccionados.

Se trata de más de un millón de flores, unas seis mil banderolas para colgar de los balcones, 35.000 metros de tela para forrar las vallas del itinerario que recorrerán los novios y cuatrocientos estandartes para decorar las farolas con el logotipo del enlace real, una gran "M" mayúscula.

Pero quizá lo que más expectación ha despertado hasta el momento entre los ciudadanos es la iluminación de edificios y monumentos emblemáticos de la capital española. Desde el martes último, millares de madrileños y visitantes colapsan cada noche el centro de Madrid para observar desde el atardecer y hasta la madrugada el festival de luces dispuesto en las fuentes de Cibeles, Neptuno y Apolo.

También aparecen vestidos de gala con una inédita iluminación, de tonos fucsia, azul, amarillo, verde y blanco, el Palacio de Comunicaciones, el Museo del Prado, la Puerta de Alcalá y la Biblioteca Nacional.

COSTOS

La cifra de gastos del matrimonio no se conoce. Se calcula que la boda puede costar al Estado unos US$3,5 millones, de los cuales la Casa Real paga el 30%