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Un
casto beso tras un cortejo austero y deslucido por la lluvia Emol - Sábado 22 de mayo de 2004 Fuente: DPA
Pero el heredero al trono, haciendo gala de su tan comentada discreción y timidez, no se animó. Hubo, sí, un beso. Pero un beso discreto, casto, en la mejilla, seguido de un abrazo. Letizia no parecía darse por vencida, mirando a Felipe con ojos de mujer enamorada. Pero nada. Otro beso tímido en la mejilla.
Pero la multitud, al grito de "¡vivan los novios!", pedía más. "Venga ya, que llevamos todo el día esperando", comentó una chica, ya algo resignada. Felipe y Letizia volvieron a salir y regalaron a los madrileños otro beso... en la mejilla. Nada que ver con la imagen del príncipe de Gales y Lady Diana besándose apasionadamente aquel día de julio de 1981, una imagen que muchos deseaban se repitiese en Madrid. Poco antes de salir al balcón, los príncipes de Asturias vivieron quizás el momento más entrañable después del "sí, quiero". A su regreso del recorrido por la ciudad, escucharon emocionados y cogidos de la mano el "Asturias, patria querida", himno interpretado por los 85 gaiteros de la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo y su formación juvenil Vetusta.
La agenda apretaba y, por momentos, el chofer de la noble limusina pisó el acelerador, permitiendo a algunos de los congregados en las aceras, protegidos por chubasqueros y paraguas, apenas una mirada fugaz a la pareja. Hubo quien salió corriendo del bar en el que se había refugiado de la lluvia para no perderse el momento y se olvidó de pagar. "Vaya pena de imagen de Madrid", comentó alguien, al ver las calles engalanadas pero parcialmente desiertas. Y es que muchos, ante la inclemencia del tiempo, prefirieron seguir el cortejo desde casa por televisión. Pasando por el "Bosque de los Ausentes", un conjunto de 192 cipreses y olivos plantados en la glorieta de Carlos V en memoria de las víctimas de los atentados del pasado 11 de marzo, el momento más emotivo del recorrido, de unos 40 minutos, fue la ofrenda del ramo de Letizia a la virgen en la Basílica de Atocha.
"Nosotros vinimos desde Sevilla y, pese al mal tiempo, valió la pena", comentó una señora en la Plaza de Oriente. "Al fin y al cabo, hemos vivido algo histórico", agregó. Una opinión que habrán compartido muchos de los miles de madrileños que desafiaron la lluvia en las calles de la capital. |