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El manejo del cáncer comprende la radioterapia, la quimioterapia, además de la cirugía. La elección de uno u otro dependerá, en forma aislada o combinada, de las características de la paciente.

El doctor Pablo González señala que, cuando se trata de un CACU localizado, en una mujer joven, que no ha provocado una gran invasión, existe la posibilidad de tratamiento quirúrgico realizándose una histerectomía radical, que se diferencia de la conocida habitualmente para enfermedades ginecológicas benignas, como miomas, en que se extraen el útero y los tejidos que lo rodean además de los ganglios linfáticos de la pelvis Este procedimiento tiene fines curativos..

Cuando el cáncer es de gran tamaño y compromete los tejidos que rodean al útero, ya no es posible realizar una cirugía debido a las múltiples complicaciones posteriores de la mujer, indicándose la radioterapia y quimioterapia como tratamiento.

El tratamiento del CACU implica, ya sea la pérdida del útero con la cirugía o la pérdida de la función reproductiva con la radioterapia y quimioterapia, explica el doctor Pablo González, quien precisa que sí se puede proteger la función hormonal que cumplen los ovarios, moviéndolos, con una cirugía laparoscópica, hacia la parte superior del abdomen, protegiéndolos así de los efectos de la radioterapia.

En Chile se está aplicando una nueva técnica menos radical de cirugía que la histerectomía radical para cánceres microinvasores y que consiste en sacar sólo el cuello del útero y no el cuerpo (traquelectomía), pero es una cirugía compleja y todavía no hay consenso en su efectividad.

Nuevamente las estadísticas sirven para graficar los efectos de un cáncer cérvico uterino: los CACU circunscritos sólo al útero tienen un sobrevida de un 85% después del tratamiento completo.

Es importante mencionar que una mujer portadora de un cáncer de cuello uterino diagnosticado y tratado en una etapa inicial tiene un resultado de éxito de alrededor de un 85% de sobrevida a cinco años plazo. En cambio, una paciente con una etapa avanzada de su cáncer sólo llega a 15-20% de sobrevida en igual tiempo.

Una mujer que ha sido tratada de cáncer con radioterapia puede reanudar su vida sexual, pero debido a que la vagina ha sido irradiada queda más corta y estrecha y se pueden presentar disfunciones, por otra parte aquellas pacientes tratadas con cirugía por tumores pequeños o iniciales la función hormonal y sexual se mantiene casi sin alteraciones. Esto habla de las ventajas de un diagnóstico precoz.

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