Columna de Alberto Rojas:

IRAK, LA GUERRA INCONCLUSA

No son sustancias creadas por el hombre, sino viejas enfermedades que ya parecían superadas, las que aterrorizan a Occidente ante la inminencia de una nueva guerra mundial.


ViruelaViruela: hace treinta años provocaba 15 millones de muertes anuales. Su nombre deriva del latín y significa manchado, por las huellas que deja en la persona infectada. La provoca el virus variola. Se transmite por contacto directo y prolongado con la persona enferma, con sus fluidos corporales o con objetos contaminados, como sábanas o ropa. La incubación dura entre 12 y 14 días. Luego viene el período febril, de entre dos y cuatro días, y entonces surgen las pústulas. Pueden pasar tres semanas hasta que cae la última costra. No hay nada que cure la viruela una vez contraída. Lo único que se puede intentar es controlar la fiebre y evitar nuevas infecciones.

ÁntraxÁntrax: es provocado por una bacteria que ataca al ganado. El contagio a humanos en forma natural es poco frecuente. Cuando ocurre, se debe al contacto con animales o productos contaminados, a través de la piel o al respirar las esporas. En este último caso, la infección es letal en 9 de cada diez enfermos. La muerte se produce por hemorragias internas. El ántrax no se contagia de persona a persona, pero puede sobrevivir décadas inerte hasta infectar a un ser vivo. Es fácil producirlo a bajo costo. Cien kilos de esporas liberados sobre una ciudad como Washington provocarían entre 130 mil y tres millones de muertes. Existe una vacuna que se aplica en varias dosis y por largo tiempo, por lo que se recomienda sólo a quienes trabajan con animales.

HantaFiebres hemorrágicas virales: son un grupo de enfermedades que se transmiten a los seres humanos a través de roedores e insectos. Algunas son leves y otras, muy letales, como el ébola, detectado por primera vez en 1976 en lo que hoy es la República Democrática del Congo. También está el hanta, conocido en el sur de Chile, y el dengue, que se presentó el año pasado en Isla de Pascua. Provocan fiebre, fatiga, mareos y dolores musculares. Los más graves causan hemorragias bajo la piel y en órganos internos, y problemas renales. No existen vacunas para la mayoría de ellas, excepto la fiebre amarilla y la fiebre hemorrágica argentina.

Pestes bubónicas o neumónicasPestes bubónicas y neumónicas: es causada por la bacteria Yersinia pestis. En forma natural se contagia de la rata a la pulga y de ésta al hombre. Se registran entre mil y 3 mil casos al año. Si se adquiere a través de la piel, la persona sufre la inflamación y endurecimiento de sus ganglios, que toman la apariencia de grandes quistes, de ahí el nombre de peste bubónica. Pero también puede contagiarse al respirar partículas de la bacteria que son lanzadas por el enfermo al toser. En este caso, la Yersinia pestis entra directamente a los pulmones, provocando la variedad neumónica de la enfermedad, que es la más letal (la bubónica también puede evolucionar a este estado). En un ataque terrorista, la bacteria podría ser esparcida con aerosol. No hay vacuna, pero puede ser tratada con antibióticos.

 

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