A la conquista de
Europa
Aprovechando
su estadía en canchas hispanas, el Barcelona aceleró en
la carrera por contar con sus servicios, pero tras llegar a un acuerdo
llega uno de los momentos más duros en la trayectoria deportiva
del astro. Luego de debutar en septiembre, Maradona alcanza a jugar
diez partidos antes de enfermarse de hepatitis, que lo aleja de las
canchas por casi tres meses. Con Menotti en la banca del club catalán,
regresa a la actividad, lleva al Barcelona al cuarto puesto general
y celebra la conquista de la Copa del Rey.
Las esperanzas de una nueva temporada con más éxitos pronto
se vieron esfumadas, ya que al iniciarse la campaña 1983/84,
en un duelo ante Athletic de Bilbao, el vasco Andoni Goikotxea le aplicó
una violenta falta que significó una fractura en su tobillo izquierdo.
La acción le costó 116 días alejado del fútbol.
A su regreso, el final de la campaña en Barcelona no fue de los
mejores: tercer lugar general en la liga y una derrota en la final de
la Copa del Rey ante Athletic, donde Maradona salió expulsado
por golpear a un rival y fue suspendido por tres meses. Su salida del
club catalán fue expedita.
Es en 1984 cuando Maradona inicia su periodo de mayores éxitos,
cuando el Napoli de Italia lo ficha por 8 millones de dólares.
Su pase al calcio coincidió también con su regreso al
seleccionado argentino, entonces bajo la conducción de Carlos
Salvador Bilardo, en busca de pasajes para el Mundial de 1986, escenario
donde Maradona cambiaría su cartel de gran jugador, al de leyenda
viva del fútbol mundial.
En
la cita azteca deslumbró desde su debut frente a Corea y en los
posteriores duelos de primera fase ante Italia –le anotó
un gol- y Bulgaria. En octavos de final, la albiceleste venció
a Uruguay por la cuenta mínima y se dio pie para un encuentro
mítico frente a Inglaterra, por cuartos de final. Maradona se
adueñó del fútbol en aquella tarde, una jornada
donde curiosamente se dieron las dos caras de su carrera: la polémica
y el talento. Primero, con un discutido tanto marcado “con la
mano de Dios”. Segundo, con el gol que todos sueñan convertir,
dejando a seis ingleses en el piso en un carrerón desde la mitad
del campo. Fue el 2-1 sobre los ingleses, con la firma de Diego. En
semifinales, repite con dos goles frente a Bélgica, propiciando
una final frente a Alemania. Todo terminó con un 3-2 para Argentina
y Maradona, capitán del equipo que dirigía Carlos Bilardo,
besó el trofeo más importante de su carrera: la Copa del
Mundo.
Las alegrías continuaron en 1987. Además del nacimiento
de su primera hija, Dalma Andrea, consiguió que el Napoli celebrase
su primer “scudetto” en sesenta años, que luego sería
complementado con la consecución de la Copa Italia. Tras un deslucido
paso por la Copa América ’87 con Argentina, Maradona renueva
su vínculo con Napoli en una opulenta operación de 16
millones de dólares por seis años. El cuadro napolitano
volvió a celebrar con Maradona en 1989 con la Copa de la UEFA
y un segundo “scudetto” en la temporada 1989/90.
Ya en 1989 Maradona daba señas de querer marcharse de Italia,
al sostener negociaciones con el Olympique de Marsella. Por aquellas
tratativas definitivamente se enemistó con los directivos de
Napoli, que pretendían sancionarlo por su gestión. En
noviembre de ese año contrae matrimonio con Claudia Villafañe,
meses después de que naciera Giannina Dinorah, su segunda hija.
En paralelo su historia fuera de las canchas comenzaba a escribirse,
pero como paréntesis, aparece la Copa del Mundo de 1990. Maradona,
sin ser la figura de cuatro años antes, empujó a su escuadra
a la final frente a los alemanes, que finalmente se se cobraron revancha
por la cita azteca, con un triunfo por la cuenta mínima.
Los
problemas con la policía italiana llevaron a Maradona a enfrentar
acusaciones de “prepotencia” por parte de un sargento y
la confiscación de su automóvil, por conducir en exceso
de velocidad y no tener su seguro en regla. Al mismo tiempo, finaliza
su vínculo con el agente Guillermo Cóppola por "diferencias
personales". En noviembre de 1990 el jugador comenzaba a alejarse
notoriamente del equipo, faltando a algunos entrenamientos y negándose
a jugar partidos. Pese a estar amarrado al equipo por su millonario
contrato, Maradona anuncia su alejamiento del Napoli a finales de ese
año. El club responde con una demanda por incumplimiento de contrato,
por lo que el astro anuncia su retiro del fútbol en enero de
1991. Falsa alarma, pues continúa vistiendo la camiseta de Napoli,
pero no por mucho tiempo. Tras un duelo de liga ante Bari el 17 de marzo,
da examen positivo en su control antidopaje, recibiendo una dura sanción
de 15 meses por parte de la Comisión de Disciplina de la Federación
Italiana de Fútbol.
De regreso en Argentina, el jugador tuvo problemas en su propio país.
El 26 de marzo, la Policía Federal lo detiene por consumo de
drogas, por lo que una jueza le dicta prisión preventiva. El
mismo año un tribunal de Nápoles lo condena a 14 meses
de prisión por posesión de cocaína, pero a la larga
la pena sería dejada sin efecto.
Dejando de lado sus problemas con las drogas, Maradona se enfoca en
su retorno a las canchas y, tras al fin desligarse contractualmente
del Napoli, pone su firma en Sevilla por 7,5 millones de dólares,
con Bilardo en su banca. Pese a no deslumbrar en canchas españolas,
Maradona retorna al seleccionado argentino en 1993 en el Centenario
de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), que lo premia
como el mejor jugador argentino de todos los tiempos. Tras una disputa
con Bilardo, Maradona deja Sevilla en junio y se incorpora a Newell’s
Old Boys en septiembre del mismo año. El "10" nunca
volvería a jugar en Europa.
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