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Cecilia
Pérez, ministra del Sernam El rol de la acción afirmativa En su balance de logros a la cabeza del Sernam, la ministra Pérez destaca que hoy en Chile las mujeres tienen consagrado positivamente en la legislación y también en la práctica, igualdad de acceso y de permanencia, por ejemplo, en el sistema educacional. “O sea, la brecha de género en la educación hoy día en Chile no existe”, afirma con tono seguro. Ratifica lo anterior con hechos: el Censo de 2002 arrojó que, en comparación con 1992, todas las cifras de escolaridad y las tasas educacionales en Chile se elevaron empujadas por las mujeres. “Claramente ahí hay un gran espacio de igualdad, espacio de proyección de las mujeres muy potente y que tiene que ver, insisto, con la propia fuerza de las mujeres y con políticas públicas intencionadas”. - ¿Qué importancia ha tenido en los logros la llamada “discriminación positiva”? “En el tema de las políticas a favor de la mujer existe, efectivamente, un ámbito de políticas transversales y universales. Esa es la imagen objetiva, el punto donde llegar en cualquier sociedad que busca auténticamente trabajar por lograr igualdad de oportunidades y de no discriminación, pero particularmente, de no discriminación por razones de sexo. “La aspiración es que todas las políticas, todas las decisiones públicas, todas las leyes, todas las decisiones empresariales, todas decisiones que se toman socialmente, familiarmente, laboralmente tengan una definición universal, es decir, se esté pensando en todas las personas y lo hagan considerando sus diferencias y su diversidad. “Pero para que eso ocurra, eventualmente, en algunos ámbitos y en algunos casos hay que establecer lo que se denomina “acción afirmativa” que no es otra cosa que establecer algunas condiciones para que esa aspiración de la igualdad política tenga una expresión real”. - ¿Leyes de cuotas, por ejemplo? “En Chile tiene que haber un debate sobre las famosas leyes de cuotas. Este tema se basa en un supuesto verídico y real cual es que hay desigual en las oportunidades para acceder a espacios de representación política pública entre hombres y mujeres. La aspiración es a mayor democracia, a una democracia más rica, con mayor participación de toda la sociedad, pero particularmente, de una diversidad de hombres y mujeres. “Chile no es distinto de otros países donde el 52% de los electores son mujeres y no existe ningún correlato entre esa proporción y la representación femenina. Tampoco tiene que ser así per sé, pero hay una cierta aspiración de que la sociedad, con toda su diversidad, esté representada de alguna manera en ese ámbito del liderazgo, de la gobernabilidad, del poder, en definitiva, de la toma de decisiones de un país”. - ¿Servirían en Chile? “El diagnóstico que se ha hecho en Chile, como en otros países, es que si no se hiciera nada, si efectivamente nos mantuviéramos neutrales y, simplemente, nos condujéramos por el criterio de los méritos, las competencias y las capacidades -que tiende a ser bastante falaz desde la perspectiva de género- tendrían que pasar más de 120 años para que las cosas se equiparan. “Aquí hay dos temas: uno es si nos ponemos de acuerdo, primero, en el tema de fondo; si efectivamente compartimos o no como sociedad la aspiración de que más mujeres accedan al espacio de lo público, de la toma de decisiones del poder porque creemos que es bueno para la democracia. Si estamos de acuerdo en eso, entonces recién discutamos el instrumento, porque lo que ha ocurrido en Chile es que al puro son de la ley de cuotas se cierra el debate”. |
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