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De Washington a Londres

Nunca nadie se imaginó que Pete Sampras llegaría a ser lo que fue en el tenis mundial. Menos cuando conoció la vida en Washington, el 12 de agosto de 1971, producto del matrimonio que hasta hoy mantienen Georgia y Sam, un ingeniero civil retirado del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Tampoco cuando se adjudicó su primer título de un torneo ATP, en Filadelfia ’90.
Ahora, tras 15 años en el otrora deporte blanco, todos lo endiosan y los jóvenes lo usan de modelo a imitar, tal como lo hizo él con Rod Laver, su ídolo y a quien miró durante años en videos.

Sampras es el tercero de cuatro hermanos (los mayores son Stella, entrenadora en la Universidad de California, y Gus, director del torneo de Scottsdale; la menor es Marion, profesora en Los Angeles) y comenzó a jugar tenis desde que tenía siete años. En sus inicios jugaba a dos manos pero en 1987 se acostumbró definitivamente a empuñar la raqueta sólo con la derecha.

En el circuito de la ATP, pese a haber ganado más de 43 millones de dólares (en partidos posee un récord de 762 – 222), es reconocido por su colaboración en las fundaciones a beneficencia, especialmente contra el cáncer (por ejemplo, es miembro de la American Cancer Society’s Public Awareness Council, donde entregó 100 dólares por cada “ace” que colocó en territorio de sus rivales… en tres años recaudó cerca de un millón de dólares).

Su debut en Copa Davis con el equipo estadounidense se produjo en 1991 y su récord es de 18 - 8 (14 - 7 en singles).

Entre sus entrenadores se encuentran Tom Gullikson y Paul Annacone, pero quien más lo marcó fue Tim Gullikson, ya que después de trabajar con él durante tres temporadas, éste murió de cáncer (1996).

“Pistol Pete” será recordado por los 14 títulos de Grand Slam que alcanzó a ganar en su larga carrera (comenzó en 1990 en el US Open y terminó también en Nueva York en 2002), pero también por los seis años que estuvo como número uno (de 1993 a 1998). Con sus campañas, superó a otros monstruos de las pistas como Jimmy Connors (cinco años como número uno) y John McEnroe e Ivan Lendl (cuatro años); o a Roy Emerson (12 victorias en Grand Slam) y Björn Borg y Rod Laver (ambos con 11 títulos).

No obstante, Wimbledon es su lugar preferido. Ahí ganó siete títulos (1993, 94, 95, 97, 98, 99 y 2000) gracias a su impecable saque y un juego en la red sin fallas. Digno de Pete.