Marcos Rocha anotó el único tanto del encuentro.
AP
Tras caer 1-0 en San Carlos de Apoquindo la semana pasada, Universidad Católica viajó a Brasil con la difícil misión de revertir la llave ante Palmeiras por octavos de final de la Libertadores. No lo logró. Perdió 1-0 y pudo ser goleada de no ser por el arquero Sebastián Pérez.
El "Verdao", campeón vigente del certamen continental, dominó de principio a fin. Impuso su ritmo, presionó alto y ahogó a su rival. Los estudiantiles corrieron detrás de la pelota la mayor parte del tiempo y miraron desde muy lejos el arco de Weverton.
Pérez tuvo una noche brillante. Demostró que puede ser el reemplazante de Matías Dituro. El golero tuvo tres atajadas tremendas en el primer tiempo, una de ellas con la cara. Pero nada pudo hacer a los 36. Tras un remate en el palo, el balón le cayó a Marcos Rocha y el lateral derecho abrió la cuenta con un remate cruzado.
Cada vez que aceleraba, Palmeiras generaba grietas en el fondo cruzado. El cuadro de Gustavo Poyet no encontraba soluciones. Fernando Zampedri y Diego Valencia flotaban a la deriva y debían retroceder varios metros para tocar la pelota. En mediocampo no había fluidez.
Palmeiras siguió generándose situaciones en la segunda tiempo. "Zanahoria" Pérez y la falta de precisión de los delanteros locales impidieron el segundo.
Pero Católica estaba ahí. Si empataba el partido iba a meter mucha presión. Con los cambios algo mejoró el tricampeón nacional. Diego Valencia tuvo una clarísima. Sin embargo, su cabezazo se fue por arriba del travesaño.
Por primera vez en diez años, la UC consiguió avanzar a octavos de la Libertadores. Ahora se debe concentrar exclusivamente en el Torneo Nacional. Poyet sabe que el margen de error se le acabó.