A las 13:30 horas de ayer la tranquilidad de la comuna de
Santa Cruz, en la Región de O'Higgins, se vio interrumpida. En la céntrica calle Claudio Cancino se desató una tragedia.
Octavio Vallejos (71 años) se bajó de su camioneta que dejó estacionada frente al estadio Joaquín Muñoz García, donde hace de local el equipo de Deportes Santa Cruz, que milita en la Primera B. Desde ahí caminó hasta la notaría Jorge Carvallo. Portaba un arma, con la cual le efectuó
un disparo al escribano Jorge Carvallo Velasco (77) y luego se suicidó con la misma pistola.La gente en los alrededores corría, consternada. Parecía un asalto, además que Carvallo es un personaje muy conocido en la zona. Afortunadamente, el disparo no le provocó la muerte y solo una herida en la zona costal izquierda. Ahora está fuera de riesgo vital.
Pero,
¿qué provocó este hecho? Cercanos al caso relatan a Emol que tanto Vallejos como Carvallo
se conocían. De hecho, eran socios en unos terrenos en Santa Cruz.Sin embargo, la sociedad comenzó a tener problemas. Habían temas pendientes entre ellos. Las fuentes señalan que Vallejos se sintió estafado por el notario. Además, se añade que el escribano había participado en el juicio de partición tras la muerte del padre del autor del disparo.
Estas rencillas habrían gatillado que intentara asesinarlo, y que luego terminara disparándose y quitándose la vida.
"Las declaraciones tomadas a la víctima, la declaración del testigo presencial y de los otros testigos que se encontraban a esa hora que funcionaba la notaría, se pudo recabar antecedentes relacionados con la existencia de conocimiento entre ambos, de que aparentemente años anteriores habían mantenido negocios juntos y que de alguna forma la ofuscación desmedida por parte del agresor obedecía a este tipo de negocios", sostuvo la fiscal Carmen Gloria Agurto.
Antes también había disparado
Sin embargo, y de acuerdo a información entregada por la PDI, el disparo a Carvallo no fue el único que realizó ayer Vallejos. Momentos antes había efectuado tiros en contra de una camioneta en terrenos de una propiedad familiar en Chépica.
Era una Changan azul, en la que viajaba de piloto Nelson Valdés.
El copiloto era Ramón Vallejos, hermano de Octavio. "Fueron dos disparos, por suerte no le llegó a ninguno de ellos", relatan testigos.
La fiscal señaló que "en la tenencia de Chépica se recepciona una denuncia tanto por un hermano del agresor como por un trabajador, donde indican que el mismo agresor había tratado de intentar dispararles o al menos habían recibido disparos que habían impactado bienes materiales, no así lesionando sus vidas. Lo que de alguna forma nos hace entender que esta situación ocurre durante el día con la conducta desplegada por quien aparecía como imputado".
Conocedores del caso aseguran a Emol que el
destinatario de los disparos era Valdés, con quien los hermanos Vallejos tenían negocios para talar espinos. Pero tal como ocurrió con Carvallo, Octavio tuvo problemas, se salió de la sociedad y comenzó a amenazar a su otrora socio.
"Se sometieron a peritajes tanto la recepción de los daños provocados a la camioneta de las personas que denunciaron en la mañana como también de la revisión de la camioneta del imputado, en donde también se encontraron municiones. Al tenor de aquello se solicitaron autorizaciones judiciales para la revisión del domicilio del imputado, encontrando municiones de diverso calibre, las que fueron debidamente incautadas por el personal de la Bicrim", sentenció la persecutora.
Actualmente el notario sigue hospitalizado en el Hospital de Santa Cruz, pero fuera de riesgo vital.
