EMOLTV

“Siempre aprecié un no bien dicho… no lo tomé como algo personal”

La ex vicepresidenta ejecutiva de la Corporación de Patrimonio Nacional, quien parte a México por 2 años, asegura que deja el cargo en el mejor momento de la institución y confiesa que en este tiempo sabático se dedicará a escribir.

11 de Septiembre de 2008 | 08:47 |
imagen
Siempre quiso vivir un tiempo en Europa. Su marido es alemán y alguna vez imaginó que compraría pan cerca del Coliseo o la torre Eiffel. Sin embargo, la vida quiso que sus pasos se dirigieran a Ciudad de México y aterrizará oficialmente allá a fin de año.

Mientras, estará yendo y viniendo. Aunque su esposo ya partió –la destinación laboral es por 2 años- Cecilia García Huidobro ocupará estos meses en embalar su casa y ayudar a sus tres hijos (de 18 a 15 años) a concluir el año escolar, incluida la PSU que debe rendir la mayor.

Y a todo este ajetreo suma las múltiples despedidas que se están organizando. Sí, porque son muchos los que reconocen en ella una labor destacada en favor de la conservación de nuestro patrimonio y lamentan su partida.

El nombre de Cecilia García-Huidobro está indisolublemente ligado a la Corporación de Patrimonio Cultural, entidad sin fines de lucro que ayudó a fundar en 1995 y de la cual fue su vicepresidenta ejecutiva hasta hace pocas semanas. Y aunque sigue firmando algunos papeles, una empresa de ‘head hunter’ informará prontamente quien será su reemplazante.

-¿Cuál es tu mirada frente a esta partida, aunque sea por 2 años?
“Lo veo en forma positiva. Ya es un hecho, mi marido ya se fue y el primer patrimonio que uno tiene es la familia. No hay mucho que pensar (se ríe). México es una oportunidad y aunque no hubiera hecho un cambio de país -porque cuando se está muy metida en sus cosas sólo se sigue la marcha, la máquina- se abrió esta oportunidad y la tomo.
“Creo que a mis hijos, ir un tiempo a México, les va a abrir otros mundos; estaremos cerca de Estados Unidos y más cerca de Europa de lo que estamos acá”.

-Pero con todo el estrés de la partida.
“Claro, obvio, hay harto que hacer. Por eso tuve que renunciar; pensé quedarme hasta diciembre, pero después vi que no lo iba a lograr, que era imposible y tuve que alejarme en abril. Para las instituciones, además, es bueno enfrentar los cambios, es más sano.
“Tengo que ir a México en julio, otra vez en agosto y octubre, entonces no puedo estar al frente de la Corporación”.

-Dices que las instituciones se remecen un poco y la Corporación está muy ligada a tu nombre, algunas veces las cosas se personalizan. ¿Crees que es así?
“Sí, de todas maneras, para qué lo vamos a negar. Me tocó recibir un escritorio prestado en la Biblioteca Nacional y armar todo. La gente la liga a mí y es normal, pero por eso creo que es una gran oportunidad, un privilegio que los cambios –que tarde o temprano tienen que producirse por una ley de la vida- se produzcan en los momentos altos de las instituciones.
“Hoy la Corporación tiene una solidez financiera, un directorio de lujo, una comunidad de socios súper comprometidos, tiene proyectos hasta el 2010, es decir, está en el momento ideal para un cambio, porque no es momento ni de crisis ni de decadencia. Estamos en el máximo nivel tras 13 años”.

-Cuando se informa que un ‘head hunter’ busca tu reemplazante se da la señal de que tu labor fue eficiente y debe seguir siéndolo.
“Nosotros hemos buscado, todos estos años, la profesionalización del trabajo patrimonial; hemos operado como cualquier empresa con comités de proyectos, financieros, con auditorías externas. Y teníamos que asumir el cambio también de una manera profesional, donde todo el directorio fuera responsable del nombramiento a partir de las posibilidades que entrega una empresa experta en eso”.

Si bien Cecilia García-Huidobro (49 años) no había desarrollado tareas ejecutivas antes de asumir la vicepresidencia, afirma que sus estudios de filosofía y educación en la Universidad de Chile, que incluyen un master en literatura, le dieron las herramientas. “Siempre he dicho que la formación filosófica permite manejar un banco; es una formación tan completa, tan rigurosa, que ayuda a tener una mirada macro y micro, tener pensamiento analítico y capacidad de síntesis”.

-Se han sucedido reconocimientos a tu persona. Con una mano en el corazón, ¿cuál crees que es tu sello?
“Es atroz hablar de uno. Primero, de verdad, nunca me imaginé esto. Sé que he hecho mi trabajo bien, soy una persona que tiene sentido del deber y la responsabilidad con rigor; nunca he sentido que he hecho mi trabajo mal, pero nunca me imaginé todas estas expresiones y cariño. Estoy descolocada, demasiado emocionada. Que te manifiesten todo esto en vida me tiene impresionada.
“Mi sello creo que está en una visión pública desde el mundo privado. Siempre fue para mí importante el mundo de las instituciones públicas, entonces todo el trabajo fue hacer una alianza estratégica entre ambas; nunca fue nosotros hacemos esto, sino les interesa, unámonos. Es una mirada de país más republicana, porque generalmente, el mundo privado anda por un lado y el público, por otro. Haber creído que se puede colaborar con el mundo público desde el privado, es un sello.
“También está la visión de patrimonio que tiene la Corporación desde sus inicios que es muy integral; involucra todo el patrimonio intangible… o sea, no era tema el patrimonio tangible, imagínate que iba a serlo el intangible. Fue una mirada más vanguardista”.

-¿Hay un sello también en el hecho de que Cecilia nunca bajó los brazos, que siempre puso el tema sin darse por vencida, hinchando aunque esto motivara poco a la masa?
(Se ríe) “Sí, y eso que ahora motiva mucho más. Bueno, tengo un entusiasmo intrínsico; si creo en un proyecto, voy pa´ delante con todo y hago proselitismo, trato de entusiasmar a la gente igual porque estoy convencida de que es lo que hay que hacer y siempre tuve la capacidad para recibir un no como respuesta, era un derecho legítimo de toda persona de no sentirse interesada para cooperar o sumarse. Siempre aprecié un no bien dicho y no esas cosas como mira, lo vamos a ver, lo vamos a estudiar. Nunca lo tomé como algo personal”.

-¿Te alejas más tranquila porque el tema está puesto?
“Me voy feliz, es un privilegio irse en lo alto. Sino no me iría porque estoy tan metida que creo que nunca hubiera dicho, en conciencia, éste es el momento de retirarme, jamás. Me habrían tenido que retirar en 15 o 20 años más, diciéndome mira, la verdad, es que queremos nuevas generaciones. Es un privilegio irse dejando algo tan armado después de empezar de la nada. Está todo dado para que siga con el mismo vigor. Es un buen momento para irse porque no lo habría hecho por mutuo propio (se larga a reír)”.

-¿La Corporación es un capítulo cerrado?
“Sí, de todas maneras. Sigo en el directorio, con todo entusiasmo, pero soy una más. Segundas partes… no, el destino quiso que me tocara la parte inicial y de consolidación, pero la guagua ya camina sola.
“Lo que sí mantengo es mi cargo en el Consejo Nacional de las Artes y Cultura (acaba de ser reelecta por un nuevo período) por lo que voy a venir a las sesiones cada dos meses y la dirección de la página web ‘nuestro.cl’.”

-¿Te queda pendiente una frustración?
“Sí, en el tema de planificación urbana y territorial. Es un tema que duele profundamente; el deterioro de las ciudades y pueblos de Chile, de los campos, porque hay falta de regulación. Hay que decir no a edificios de 23 pisos en una fachada continúa de uno o la mantención del carácter histórico de algunos barrios como el Yungay. Esa es una frustración porque el patrimonio siempre se ha tomado como ‘él’ edificio, el Cuasimodo y no en su contexto, el barrio”.

-Pero no es un pendiente de tu labor.
“No, no, pero que hinchado ahí, he hinchado” (nuevamente se ríe con ganas).

-Nos vas a echar de menos, pero ¿te va a deprimir estar en un país que protege tanto su patrimonio?
“Sí, es maravilloso…”

-Da envidia.
“Y admiración. Admiro al pueblo mexicano justamente porque el tema cultural es un asunto Estado, no un asunto de un par de personas. No, es de Estado, cruza a la sociedad completa, a todos los estamentos sociales, y nadie lo discute. Es un pueblo de una riqueza increíble y además la conservan, están orgullosos de ser mexicanos”.

-Lo ves como una oportunidad, ¿te vas a dar una pausa?
“Obvio, voy a disfrutar México como cualquier ciudadana, voy a disfrutar mucho a mi familia. Quiero escribir… ahí hay una frustración; tengo una formación intelectual y me encanta el mundo de las ideas, pero no me he podido dedicar a ello. El mundo de la acción te impide el mundo de la reflexión… o sea, no, pero entre el cheque y el llamado, no se puede”.

-¿No tienes en vista insertarte en algo?
“No, pero qué patudez”.

-¿Y buscar algún vínculo para enriquecer tu experiencia?
“No, voy con los ojos bien abiertos, pero mi plan es estar con la familia y estrujar México. Si puedo estudiar, en una de esas un Phd”.

Se ríe con ganas cuando se le comenta que difícilmente se dedicará a ensayar gastronomía mexicana y que probablemente, en unos 6 meses estará promoviendo una alianza entre un ente azteca y la Corporación. “Cómo se te ocurre….”