Raphaël Graven murió en la noche del domingo al lunes.
Jean Pormanove / Instagram (captura)
La
Justicia francesa abrió una
investigación para aclarar las circunstancias en que se produjo la
muerte un streamer, conocido por protagonizar transmisiones en las que aparecía sufriendo vejaciones.
La Fiscalía de Niza confirmó al diario Le Parisien la realización de indagatorias para determinar las causas de la muerte de
Raphaël Graven (46 años), conocido como Jean Pormanove y con más de 500 mil suscriptores en la plataforma Kick, que se produjo en la noche del domingo al lunes.
Según informó RFI, mientras su "live" estaba conectado (desde hacía 10 días consecutivos),
Pormanove fue encontrado inconsciente sobre un colchón, cubierto con un plumón. "Está en una posición muy rara", se escucha decir a sus compañeros de stream que dormían a su lado.
A continuación, los otros presentes en el lugar intentan despertarlo,
con gestos y expresiones teñidas de cierto desprecio, como lanzándole una botella plástica.
Las autoridades ordenaron la realización de una autopsia al cadáver del streamer e interrogatorios sobre el suceso.
Asimismo, la ministra francesa de la Inteligencia Artificial y Economía Digital, Clara Chappaz, indicó este martes que pidió la intervención de Pharos, la plataforma pública para alertar de contenidos y comportamientos ilícitos en línea, y de la Arcom, la autoridad de regulación del sector.
En un mensaje en su cuenta de X, Chappaz subrayó que "la muerte de Jean Pormanove y la violencia que sufrió son un horror absoluto", y denunció que "fue humillado y maltratado durante meses en directo en la plataforma Kick".
También dijo que se puso en contacto con Kick porque "la responsabilidad de las plataformas en línea por la difusión de contenidos en línea no es una opción, es la ley", y advirtió que ese tipo de comportamientos "puede conducir a lo peor y no tienen cabida en Francia ni tampoco en Europa".
Jean Pormanove había sido objeto de humillaciones y de un tratamiento violento durante meses por parte de otros streamers. Según recordó RFI, a él y otro hombre identificado como Coudoux les hacían burlas, le lanzaban agua y pintura, los golpeaban y hasta los estrangulaban en transmisiones en directo, todo lo cual les permitía generar varios miles de euros al mes.
La muerte del streamer generó reacciones de repudio en redes sociales, con críticas tanto a la indiferencia de los espectadores, como a la responsabilidad que tienen las plataformas respecto al contenido que transmiten.