La postal más cuestionada de este Mundial: Un fanático haciendo tronar la vuvuzela. El problema es que, multiplicada por miles, la famosa corneta ya no es tan divertida.
AFPCIUDAD DEL CABO.- Los tapones para los oídos están registrando un récord de ventas en toda Sudáfrica, gracias al auge de las vuvuzuelas, las cornetas de plástico que aturden en los estadios y sus alrededores.
Un comerciante de Ciudad del Cabo explicó que había agotado su stock de tapones. "Entre ayer y hoy vendí mas de 500 orejeras", apuntó.
El tronar de las vuvuzuelas, que fueron consagradas como símbolo del Mundial, puede alcanzar los 150 decibles y el uso de los tapones puede reducir el sonido en 30 decibeles, comentaron expertos.
Los 150 decibeles equiparan el ruido del despegue de un avión, algo que para los médicos puede ser capaz de romper el tímpano y provocar serios problemas en la audición humana.
El daño a los oídos no es el único que las cornetas pueden producir. Según los médicos, ya hay muchos hinchas con labios irritados y la boca hinchada, a causa de su uso.
Además se teme que el estruendoso instrumento ayude a expandir los gérmenes de la gripe, puesto que suele pasar de un aficionado a otro, y además arroja pequeñas gotas de saliva al aire.
El efecto ya ha sido padecido por los jugadores en el torneo. Según el uruguayo Sebastián Abreu, con sus compañeros tuvieron que comunicarse por señas en el debut contra Francia, a causa del enorme ruido ambiente.
Los reclamos contra el instrumento habían surgido ya en la pasada Copa Confederaciones, cuando los entrenadores se quejaban de la imposibilidad de comunicarse con sus jugadores en el campo. "Creo que la Fifa debería prohibirla", remató entonces el mediocampista español Xavi Alonso.
