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Heraldo Muñoz: "Estábamos francamente choqueados"

Justo en el momento en que dos aviones se estrellaban en contra de las Torres Gemelas, en Nueva York, el Presidente Ricardo Lagos se encontraba, junto a su comitiva, en una reunión con el entonces Primer Ministro portugués, Antonio Guterres. El entonces subsecretario de Relaciones Exteriores relata cómo el ataque terrorista sorprendió a las autoridades chilenas.

10 de Septiembre de 2002 | 16:23 | EL Mercurio en Internet
El avión de United antes de estrellarse contra la segunda torre gemela
Los atentados contra el World Trade Center, en nueva York, encontró al Presidente Lagos y a una delegación chilena de gira por Europa.
SANTIAGO.- Eran las tres de la tarde del 11 de septiembre de 2001 y el Presidente Ricardo Lagos se encontraba en una gira por Portugal, cuando ocurrió uno de los atentados más impactantes y aterradores de la historia. Cerca de las nueve de la mañana en Nueva York dos aviones de pasajeros se estrellaron violentamente contra las emblemáticas Twin Towers del World Trade Center donde se estima perdieron la vida 2 mil 900 personas, aunque la cifra real de muertos nunca llegará a conocerse.

A las 8:46 de la mañana, el vuelo 11 de American Airlines con destino a Los Angeles se estrelló contra la torre norte del WTC entre los pisos 94 y 98.

A esa misma hora, la comitiva del Presidente Lagos se encontraba en medio de un almuerzo con el Primer Ministro de Portugal, Antonio Guterres. Uno de los chilenos presentes en el evento era el entonces subsecretario del Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, -hoy vocero del Gobierno-, quien recuerda sus primeras impresiones del atentado:

"Estábamos comiendo el postre y en eso entra un asesor del Primer Ministro con un papel en la mano. Guterres leyó la nota y dijo en voz alta: ‘Me informan que un avión se acaba de estrellar contra una de las Torres Gemelas’.
Muchos pensamos que podía ser un accidente".

"Quince minutos después, entra otro asesor del Primer Ministro, diciendo que un segundo avión se había estrellado contra las torres".

Eran las 9:03 de la mañana en Nueva York y el vuelo 175 de United Airlines con destino a Los Angeles impactó la torre sur del complejo.

"La noticia causó estupor y una cuota de temor entre los presentes, los que comenzaron a hacer todo tipo de especulaciones, seguros ya de que no podía tratarse de un accidente".

Luego de escuchar el mensaje sobre el segundo atentado, Heraldo Muñoz se levantó rápidamente de la mesa y llamó a Fernando Reyes Matta, quien estaba en la delegación presidencial chilena, para que les informara de lo que estaba pasando.

Reyes volvió en menos de 5 minutos y se sentó al lado de Muñoz. Pero, en lugar de comunicarle los hechos al oído, habló en voz alta de manera que todos pudieran escuchar la fatal noticia:

"Hay informaciones de que hay un ataque contra Estados Unidos. Se ha confirmado que se han estrellado dos aviones contra las Torres Gemelas", recuerda Muñoz que dijo Reyes.

"Estábamos francamente choqueados y nos dimos cuenta que se trataba de un acto terrorista", recuerda emocionado el vocero de Gobierno, quien dijo que lo único que se les ocurrió hacer en ese momento fue buscar más información, pues tenía la certeza de que se trataba de algo "muy grave".

Pese a la conmoción mundial, el Presidente Lagos se reunió con su par inglés al día siguiente de los atentados
A su llegada a Londres, y como consecuencia del cierre de los aeropuertos, el avión presidencial de Ricardo Lagos sobrevoló durante largo rato la capital inglesa antes de poder aterrizar.
Impresionados ante el aterrador panorama, "los que estábamos presentes en el almuerzo pensamos que probablemente el mundo iba a cambiar. Tanto es así, que el Primer Ministro Guterres dijo que 'nos íbamos a acordar para siempre de este almuerzo, de este día, porque esto es señal de algo muy grave por detrás'".

"Cuando nos fuimos, el Primer Ministro se despidió diciendo 'nos vemos en Estocolmo', a lo que el Presidente Lagos contestó que, dado el momento que estábamos viviendo, quizás no nos volveríamos a encontrar".

"De ahí nos fuimos directo al aeropuerto, porque partíamos a Londres, y tratando de buscar información, se nos confirmó que eran aviones grandes de pasajeros, que no se trataba de simples avionetas".

Mientras todo ello pasaba en la delegación chilena apostada en Portugal, los medios de comunicación transmitían al mundo entero, con el prodigio de la inmediatez de las cadenas de televisión, las impactantes imágenes de cómo en cosa de minutos las torres se fueron contra el suelo, causando la muerte de 2 mil 875 personas que no alcanzaron a escapar de los edificios y de los sectores colindantes.

El hecho de que ciudadanos de todo el mundo pudieran observar en vivo y en directo la escena del atentado, donde las imágenes mostraban cómo algunos se lanzaban despavoridos desde las torres, antes de esperar la muerte al interior de los edificios, y cómo la mayoría corría por las calles huyendo de la inmensa nube de humo negra que se extendió por Manhattan producto del derrumbe, cumplió con el objetivo de los terroristas: lograr horrorizar al mundo entero en el mismo instante en que ocurrían los hechos.

"Estábamos en el salón VIP del aeropuerto y ahí por primera vez vimos una escena del atentado. ¡Fue muy impactante!, porque no habíamos podido ver el momento exacto del derrumbe de las torres", recuerda a un año de la tragedia el personero de Gobierno.

Pese a que se había decretado alerta roja en todos los aeropuertos del mundo, y principalmente en Europa, donde se pensaba que podría ocurrir otro atentado terrorista, la comitiva de Lagos prosiguió con los viajes programados en su agenda, y abordó el vuelo rumbo a Londres para reunirse con el Primer Ministro de Inglaterra, Tony Blair.

"Nos subimos al avión y quizá ese viaje fue una de las partes más memorables de esta tragedia. Recién en ese momento empezamos a especular qué es lo que estaba pasando. Recuerdo que fui a hablar con los pilotos del avión y les pregunté si cualquier persona podía volar un avión de esta naturaleza y estrellarlo contra un edificio, o si se requería cierta capacidad para ello. Los pilotos me dijeron que esto era fácil de maniobrar, pero requería algunos conocimientos, de manera que cualquier piloto podría saber cómo manejar un avión en esas circunstancias. No era llegar y meterse, de modo que ahí supimos que se trataba de gente entrenada", recuerda Muñoz, quien en ese instante se dio cuenta de que los terroristas debieron haber preparado el ataque con mucha anticipación.

El vuelo de Portugal a Londres toma regularmente una hora y media, pero para la comitiva chilena demoró cerca de dos horas y media producto del atochamiento que de produjo a raíz del cierre de los aeropuertos europeos.

Muñoz cuenta que el trayecto entre Lisboa y Londres fue muy tenso debido a dos factores que alteraron el normal desarrollo del vuelo: el corte del teléfono satelital del avión del Presidente Lagos, que dejó sin información alguna a la comitiva, y la dificultad de aterrizar que tuvo ésta una vez que se estaba en cielo inglés.

"Cuando llegamos a Londres había una congestión enorme en el aeropuerto. Era como una torta de aviones. Recuerdo que en ese momento alguien dijo 'que de ahora en adelante nadie iba a recordar nuestro 11 de septiembre, sino que iba a recordar este 11 de septiembre'", dice Muñoz.

"Se empezó a especular sobre víctimas. Habíamos escuchado de 100 muertos, pero pensamos que eran más".

"Pensé que lo primero que debíamos hacer como Gobierno era condenar este atentado. Segundo, solidarizar con las víctimas, y luego, que el Presidente Lagos debía reunirse con los Mandatarios del Grupo de Río en orden a adoptar una acción conjunta en relación al terrorismo y a la postura de Estados Unidos".

"Cuando nos bajamos del avión, había un enjambre de periodistas. A partir de ese momento, la comitiva comenzó a tomar decisiones políticas concretas. El Presidente agarró el teléfono y empezamos a llamar. Esa misma noche redactamos una carta dirigida al Presidente George W. Bush, en la cual el Gobierno de Chile prestaba su apoyo hacia Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo", relata el vocero de La Moneda.

"Me contacté con Condolezza Rice para informarle que los países de América Latina se organizarían en el marco del Grupo de Río para coordinar una postura común para apoyar la gestión de Bush. Además, queríamos saber si había chilenos al interior de las torres".

"Esa fue una noche muy intensa –recuerda Muñoz- puesto que la comitiva había organizado un encuentro con empresarios ingleses, y supusieron que éste iba a fracasar. Sin embargo, ello no ocurrió; nadie faltó a la reunión, en la que, como era de esperar, se desvió el tema de conversación hacia los sucesos ocurridos en Estados Unidos".

"En la delegación había varios miembros que decidieron retornar de inmediato a su países. Yo dije que me parecía importante continuar con la gira, porque teníamos varias reuniones pendientes en Londres y Bélgica. Lo único que se podría cancelar era el viaje a Suecia".

Al día siguiente, la comitiva de Lagos tenía una reunión con el Primer Ministro de Inglaterra, Tony Blair, la que había sido programada hace mucho tiempo para tratar de temas que nada tenían que ver con el terrorismo.

"Si el gobierno inglés la cancelaba, nos volveríamos a Chile. Todo el mundo pensaba que se iba a suspender, pero para sorpresa de todos, Blair recibió al Presidente Lagos durante una hora", cuenta Muñoz.

"Después de esa importante reunión, el Presidente nos dijo que teníamos que continuar, y todas las reuniones de desarrollaron en forma exitosa. Eso es lo que recuerdo".
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